La Lista de Deseos

La Clave Número Uno para conseguir la felicidad es disponer de una Lista de Deseos pero muchas veces se confunde esta lista con otras cosas como pueden ser cuatro palabras en un cuaderno olvidado o pensamientos que creemos eternos, etc.

Posiblemente, al igual que en los animales, nuestra felicidad es más intensa en el camino hacia un objetivo que en el momento justo de consecución de ese objetivo. Cuanto antes identifiquemos lo que queremos hacer, antes comenzaremos a trabajar para lograrlo y en ese camino es cuando mejor estaremos.

Una buena Lista de Deseos que deba asegurar nuestra felicidad se compone de tres partes:

  1. La Lista de Deseos que tengo aun pendientes por realizar.
  2. La Lista de Deseos Cumplidos, que a medida que se van realizando se quitan de la lista 1.
  3. La Lista de Deseos que Caducaron sin ser cumplidos, como puede ser «Ganar un oro en los juegos olímpicos de Barcelona».

Algunas características imprescindibles para hacer una buena Lista de Deseos son:

  • El soporte sobre el que escribiremos nuestra lista debe ser duradero y respetado. Si la escribimos «furtivamente» en un trozo de libreta vieja, muy probablemente la olvidaremos o perderemos. Lo mejor es utilizar una buena libreta, cuanto más cara mejor, y situarla en el mejor rincón de la casa. La Lista de Deseos como motor de nuestra felicidad tiene que ser escrita y resguardada como si de oro se tratase. Uno de los mejores soportes, quizás, es el digital. Puedes ponerla, por ejemplo, de fondo de escritorio.
  • Hacer pública la lista de deseos o compartirla con amigos es clave: por un lado nos asegurará que no «borramos» deseos cuando los vemos muy difíciles mientras que por otro lado podemos recibir ayuda por parte de las personas que conocen nuestra lista. Poe ejemplo, imaginemos que hemos puesto que queremos un perro, posíblemente si nuestros amigos conocen que este es uno de nuestros deseos, estarán atentos por si encuentran o descubren a alguien que regala uno.
  • La lista se tiene que componer de micro-deseos y macro-deseos. No solamente deben escribirse grandes quimeras o deseos que tienen que ser cumplidos dentro de 10 años. Los micro-deseos (por ejemplo, ir a visitar un museo este domingo) constituyen la base de la felicidad díaria. Cualquier cosa que queramos hacer y nos vaya a producir satisfacción o felicidad es un deseo y por tanto tenemos que escribirlos.
  • Los deseos deben llevar la fecha de cuando los inscribimos en la lista (en la Lista de Deseos) y de cuando los cumplimos (en la Lista de Deseos Cumplidos). Es importante ser capaz de realizar deseos semanalmente.

Posiblemente habrán más características de una Lista de Deseos pero estas son las más importantes.

Las 8 Claves para Ser Feliz

Iré al grano. Sigue las siguientes instrucciones y serás feliz:

(1) La Lista de Deseos. La felicidad se consigue en base a pequeños trocitos de felicidad. Planifica adecuadamente esos «trocitos» y utiliza una «lista de deseos» donde ir apuntando que quieres hacer, ver, leer, visitar, etc. Controla lo que consigues y esfuerzáte por conseguir lo que te quede pendiente. El trabajo en vano conduce a la melancolía.

(2) Cambia lo que no te Guste. Deja ya de protestar. Cambia lo que que no te guste. Lucha por lo que realmente quieres. Si en tu trabajo te maltratan o cobras poco, no te amargues; díselo a tu jefe y si no te escucha busca otro trabajo; Si no lo consigues es que tu sueldo es acorde con tus capacidades y lo que sucede es que debes formarte o esforzarte más. Lucha por lograr lo que quieras. En todo caso, deja de protestar.

(3) No exteriorices Enfado. Sólo tienes derecho a enfadarte contigo mismo. La manifestación del enfado es una debilidad del espíritu; una imperfección de la inteligencia. Controla los cabreos y racionaliza todo aquello que no sucedió como querías. Coge un papel, haz una lista de las causas que provocaron que algo no saliera como querías y busca soluciones concretas y ejecutables. Sólo la muerte es irremediable.

(4) Haz Deporte. Entrena tu cuerpo y hazlo sufrir porque el ser humano no está hecho para estar sentado o para que te traigan relajadamente la comida a la mesa sin mover un sólo dedo. Suda como un cerdo y te estarás limpiando. Ten agujetas y te estarás endureciendo. Juega al fútbol, ve en bicicleta o corre. Hazlo con amigos o sólo. Hacer deporte en solitario ayuda a encontrarte contigo mismo.

(5) Deja de pensar. Actúa. No pienses tanto y actúa ya. En este mundo hay personas que piensan, hablan discuten, analizan y escriben y personas que actúan. No dejes nada sin hacer. No tengas miedo a equivocarte porque el mundo se mueve con acciones correctas y con acciones equivocadas. Todo tiene solución. Se un ejecutor. No te arrepientas nunca de lo que hiciste sino de lo que dejaste de hacer.

(6) Gana Dinero. Ya tienes más de 28 años y el romanticismo acabó. Para ser feliz necesitas dinero. Utiliza los puntos 2, 3 y 5 para conseguir un buen trabajo y gana dinero. Si lo que has estudiado no tiene salida, estudia algo nuevo; genera beneficio para tu empresa y tu empresa te lo recompensará. Si pasas hambre no serás feliz. Si no puedes ir de vacaciones no serás feliz.

(7) Cambia cada día algo. La grisicitud del ser destruye el espíritu. Renuévate cada día comiendo algo por primera vez. Cambiando de restaurante. Hablando con una persona nueva. Utiliza un transporte o ruta diferente. Rompe reglas. Anula el miedo. Anula el miedo. Anula el miedo. El miedo lo paraliza todo. Que es lo peor que te puede pasar si cambias algo ? Nada !.

(8) Ama. Este es un tema delicado y extensamente tratado. Ama algo o a alguien sin esperar nada a cambio. Reparte pasión gratuitamente. Desea (ver puntos 1 y 5).

Si sigues al pie de la letra estas 8 claves serás feliz. Si pese a todo, no lo consigues, algo estás haciendo mal; relee de nuevo esta página y vuelve a intentarlo. Si no prosperas, dímelo porque serás un caso extraño y raro digno de estudio.

Las Fotos del Transiberiano

Finalmente pude hacer el viaje de mis sueños: en tren desde Pekín hasta Moscú, pasando por Mongolia y Siberia.

En total fueron más de 3 semanas y tuvimos la oportunidad de hacer muchas, muchas fotos. A continuación tenemos una pequeña muestra de las mejores.

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Justicia en Boltaña en el Siglo XVII

(Original de Manuel López Dueso, publicado en el Programa de las Fiestas de la Convivencia de Boltaña, 2003)

La historia arranca en Boltaña (Huesca), en el año del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo de 1615. El año anterior había habido malas cosechas, lo que incrementaba el número de casas pobres, que como se señala en algunos documentos «pasan con necesidad y pidiendo por las puertas». La limosna, sentimiento cristiano, era ejercido por la Iglesia y las «casas» ricas sirviendo como freno a la tensión social que provocaba la desigualdad social. A tales hechos se puede unir un viejo conflicto, el del Concejo de Boltaña con los monjes de San Juan de la Peña y la «honor» de Matidero por los términos de Fartue y Pacosduerrios, que ya en 1576 había conducido a que el Justicia de Serrablo tuviera que intervenir para evitar que se produjesen muertes entre los vecinos de Boltaña y los de Matidero, donde se vieron implicadas cuadrillas de bandoleros, produciéndose asaltos y robos.

A comienzos de abril de dicho año, en la «casa del concejo», donde solía reunirse tal asamblea, en la sala -la antigua biblioteca, en cuyas paredes aún restan, bajo capas de cal, restos de pinturas murales-, presidida por el Justicia, el cual era entonces Matheo Duesso, que portaba la vara que le identificaba como tal, y junto a él, los Jurados o consejeros de la Villa, elegidos anualmente, con su «ghia» o «chia», banda que los identificaba como tales. Y junto a ellos, el notario, con sus folios, plumas y tinta, listo a levantar acta de lo que allí se decidiera.

Encadenados, empujados por el carcelero de la villa de Boltaña y acompañados de los Jurados de Sieste, comparecieron dos personajes, Pedro Sarrablo y Domingo Sasse, dos vecinos de Sieste, pues por ser Sieste lugar de la jurisdicción de Boltaña, debía juzgarlo el Justicia de Boltaña, según las «ordinaciones, estatutos y desafueros» de la villa, especie de reglamento local. Tras iniciar la sesión, encarándose a los reos y «criminosos», el procurador fiscal de la villa, procedía a acusarlos de sendos robos. Así se iniciaba el proceso contra estos dos personajes, encarcelados en las «cárceles de la villa», durante varios días, en que fueron interrogados testigos y realizadas diversas actuaciones judiciales.

Los dos presos eran lo que hoy llamaríamos unos «desgraciados», rateros de poca monta, procedentes de casas pobres, cercanas a la necesidad de limosna, cuyo futuro les orientaba a este tipo de delincuencia de bajo nivel, o llevarles hasta el bandolerismo, aunque en casos estas familias o «casas» tendían a emigrar a alguna ciudad, donde sobrevivir mendigando y de lo que las instituciones eclesiásticas pudieran suministrarles. El delincuente era definido como una persona desprovista de temor a Dios, al Rey y a sus oficiales y en este caso al justicia de la villa, «reo y criminoso», personas de «mal vivir», pero que atenazados por la «fama pública» serían pronto acusados. Una «fama» que cuando resultaba «mala», cuando eran «difamados» o «acusados» podía conducir a su identificación con el temido mundo de la brujería, que ya había provocado y provocaría varias muertes en Sobrarbe (en 1536 en Broto, 1544 en Laspuña o hacia 1620 en Bielsa), donde personas, por su «mala fama» eran acusadas de homicidios y envenenamientos, obra de «bruxas».

A Pedro Sarrablo le acusaban de haber robado una noche los manteles de uno de los altares de la ermita de Sancti Espiritus -en 1651 se fundaría en dicha ermita un monasterio que hoy conocemos como el «sanatorio»-. Él señaló que dicho robo lo había cometido junto a un vecino de Castellazo, que fue quien le incitó, señalándole que el día 29 de marzo había habido mucha gente en dicha ermita y que el arca con las limosnas debía estar llena. En la noche, rompiendo los barrotes de una ventana, se introdujo en la ermita y robaron los manteles (cuyo valor superaba los 20 reales), que escondió el dicho Pedro en su casa y donde fueron hallados escondidos dentro de un urna. Uno de los testigos le acusó también de que hacía años había robado en Torrellola unos vestidos, que vinieron de dicho lugar a reclamar a casa del acusado, donde su mujer, quien nada sabía, registró la casa hallando escondidos los vestidos que devolvió. Sencillos hurtos, manteles y ropas para alguien que no debía poseer con que vestirse apenas.

A Domingo Sasé le acusaban de haber robado 10 ó 12 gallinas del rector de Sieste, así como otros tantos panes, y como señala el notario «que según los panes que se acostumbran a haber en esta tierra son de valor y estimación», lo que viene a reflejar el hambre y lo escaso del pan, aunque no especifica si era pan blanco, de trigo, o de centeno o mixto, que era más común. Las gallinas, escondidas en una talega, fue pronto a venderlas, por Margudgued y Boltaña, para lograr deshacerse del botín. En las declaraciones de los testigos, que en muchas ocasiones no son más que los rumores que «han oído decir» o lo que la «fama pública» -qué diferente concepto de la «fama», si hoy consideramos quienes son los «famosos» en este país-, uno de ellos le acusó de robar de un «molino farinero» que tenía, un «ceril/o de madera, destrales y maas», así como otros bienes y leña, que recuperó en la casa de éste.

Mejor reflejo de su pobreza y de lo candoroso de sus delitos, queda reflejado en las declaraciones de los testigos donde le acusan de que hacía 3 ó 4 años, éste enviaba a su mujer a recoger olivas en los olivares de los vecinos. Estos sospecharon al verle en el torno de Boltaña en la molienda, preguntándole como es que si no tenía olivos, llevaba olivas a hacer aceite. Él respondió que se las había dado o vendido un sobrino suyo de Morcat, el cual, preguntado, respondió ser esto falso. Descubierto el engaño, Domingo Sasé arguyó que procedían de las que quedaban tras «abata lar» y las «cogidas» de la oliva llevadas a cabo por sus propietarios, (a los pobres se les permitía recoger las que restaban por el suelo tras las cogida de la oliva), pero debía ser tan elevada la cantidad que no le creyeron («Se admiraban y espantaban que no podía racimor y recoger en cada un año tantas olibas como recogía»), y reunidos en Concejo los vecinos de Sieste, le obligaron a entregar 5 ó 6 «dozenas» de aceite para la «luminaria» de la iglesia de Sieste». Otros testigos le acusaron de entrar en los huertos y robar hortalizas, así como de los árboles frutales, leña, y en la iglesia y la ermita de S. Espíritu, los cirios y cera.

La condena, aplicada por orden del justicia -asesorado por sus Consejeros para tales juicios-, consistió en que fueran «paseados y llebados por los lugares públicos y acostumbrados de la presente villa, con voz de pregón, llevando Pedro Sarrablo los manteles por él hurtados y Domingo Sase dos gallinas». Un día siete de abril, por las calles de Boltaña, entre el polvo y el barro, avanzaría la comitiva, encabezada por el pregonero o «corredor público», que iría proclamando al viento la sentencia, seguido por el carcelero y sus hombres, armados, mientras encadenados, cabizbajos, portando aquellos manteles y gallinas que eran prendas de sus delitos, Pedro Sarrablo y Domingo Sasé serían escoltados por grupos de niños que les empujaban, insultaban y arrojaban piedras, pellas de barro, restos de vegetales recogidos del suelo de las calles, correteando entre el grupo, expulsados por los hombres armados, entre las mofas, burlas e injurias de algunos hombres y mujeres y el silencio de otros vecinos. Además, serían desterrados de la villa y su jurisdicción, Pedro Sarrablo durante 6 años, y Domingo Sasé por 3 años (la diferencia se halla en el carácter «sacrílego» del delito de Pedro Sarrablo), debiendo pagar las costas del juicio y siendo azotados y desterrados a perpetuidad si volvían antes de tiempo a la villa. Hay que considerar que esto supondría para estos «delincuentes», el vagar por el Reino, recurriendo a la mendicidad o al bandolerismo, mientras que sus mujeres, casi consideradas como viudas, «marcadas» por tales delitos, por la «fama pública» que les perseguiría en el pueblo, mal- vivirían de la mendicidad o se verían a irse del lugar junto a sus maridos.

No era una condena excesiva, pues como recuerdan los testigos, en los últimos años, habían visto azotar a dos «ladran es de la tierra /lana y un gascón, y otro gascón desterrado», así como varias mujeres (¿acusadas de brujería?).

Otro testigo añadía haber visto «aorcar […] dos gascones que mataron al retar de Sieste». En la memoria de las gentes de Boltaña, sólo se recordaban delitos cometidos por gentes foráneas, que no forman parte de la comunidad -las mujeres eran una parte marginal de la sociedad-. Unas ejecuciones y actos públicos del cual «disfrutaban» adultos y niños, como espectáculo público.

De aquella historia, de aquellos hechos, sólo quedan dos cuadernillos de papel en el citado Archivo, pero que nos hablan de otros tiempos, tal vez no tan diferentes de aquellos que se reflejaban en una dijenda del siglo XIX:

«No vayas ni por trigo a Vió,
ni por conciencia a la Solana,
ni por vino a la Ribera,
ni por justicia a Boltaña.»

The Minaret of Jam in Afghanistan

The Minaret of Jam is located in the centre of Afghanistan, 200 km east of Herat and 1,904 m above sea level, at the confluence of the River Harirud and its tributary the Jamrud, where three valleys converge, surrounded by mountain ranges that reach a maximum height of 2,300 m.The minaret was probably built between 1163 and 1203 in the reign of the Ghurid sovereign Ghiyas-ud-Din. The only monument to escape the destruction wreaked by Ghengis Khan, it remained unscathed and unknown for over seven centuries. The minaret itself and the archaeological remains surrounding it offer extraordinary testimony to the grandeur and refinement of the Ghurid civilization, which dominated the region in the twelfth and thirteenth centuries. Besides being an exceptional artistic testimony to twelfth-century Islamic culture, the Minaret of Jam also provides historical and political evidence about this isolated region near the most important commercial thoroughfare in Antiquity, linking Constantinople to India via Afghanistan, Herat and Kabul.

The discovery of this extraordinary monument occurred quite recently, as the first official mention of its existence goes back to May 1944, when Ahmed Ali Koazad, president of the Afghan History Society, published an article in the journal Anis relating a conversation he had had with His Excellency Abdullah Khan Malekyar, the Governor of Herat, who mentioned the Minaret of Jam to him, having been the first to discover and photograph it before 1943.

After its rediscovery in 1944, the minaret was again ‘lost from view’. Many expeditions were mounted to locate it in the ensuing years, but were unsuccessful due to the immensity of the territory and the difficult terrain. It was not until 19 August 1957 that the French archaeologist André Maricq finally found the minaret and published his discovery in the Mémoires de la Délégation Française en Afghanistan in 1958. In 1960, two envoys from DAFA (Délégation Archéologique Française en Afghanistan), Le Berre and his assistant Marchal, photographed the decorative panels and conducted an initial and very brief study of its architectural structure, uncovering the entrance with its two helicoidal stairways about 4 m below the current level.

The octagonal brickwork structure bonded with cement is about 60.41 m high (from the current level) and comprises three cylindrical ‘shafts’. The original entrance lies about 4 m below a layer of alluvial deposits and is currently inaccessible. Access to the minaret is via a narrow window giving on to one of the two helicoidal stairways that lead to the top of the first ‘shaft’ about 40 m up. The outside of the minaret is entirely covered in complex monochrome decoration in haut- and bas-relief. A special technique has been used to incorporate complex geometric designs, including quotations from verses of the Koran in Kufic script. The stylized inscriptions are a striking mix of vertical bands and circular tracings recalling a geometric floral design. Half-way up the minaret, a band of turquoise glazed tiling lends a unique touch of colour to the uniform brickwork surface.

The Minaret of Jam provides proof of the long architectural evolution of minarets in general. Eleventh-century minarets were circular (as in the Islamic Republic of Iran, at Isfahan and Barsiyan), but in Jam, the base is an octagonal structure of 9.05 m (according to the latest surveys conducted in October 2002) from which a 40 m high conical trunk emerges, the diameter decreasing nearer the summit (same survey 2002).

Risk of collapse

Aware of the monument’s importance and the lack of precise data regarding its conservation status, at the beginning of the 1960s the Afghan Government commissioned ISMEO (Istituto Italiano per il Medio ed Estremo Oriente, Rome), which was already working in Afghanistan, to undertake some research. Its task was to collate as much information as possible in order to draw up a programme to safeguard the minaret. A survey was also required with a view to creating an access route for the means of transport crucial to the restoration tasks. In September 1961, being an architect myself, I was commissioned by ISMEO to carry out the first survey of the minaret and put forward a protection and restoration programme that included consolidation of its base. At that time conservation of the monument was seriously jeopardized given the risk of collapse from river erosion of the base, causing it to list on its axis. As the projected action required an examination and preliminary analysis of a considerable amount of data, it could not be undertaken hastily, especially bearing in mind the difficulties of reaching the site.

In September 1962, during a second inspection mission to Jam, I discovered vestiges of an ancient necropolis in the vicinity of the minaret; including stones with inscriptions in Hebrew. The inscriptions were subjected to a thorough study by Prof. G. Gnoli (ISMEO) and may yield useful indications as to the exact location of Firuzkuh, the Ghurid capital.

Prior to that, Ahmed Ali Kozad had been the first to put forward the hypothesis that the site of the minaret might be that of Firuzkuh, the former capital founded by Qutb ul-Din Mohamad between 1145 and 1146 during his short-lived reign. The city’s exact location is still a mystery and, as André Maricq points out, traditional sources are hardly helpful as most Arab geographers lived before the city had been founded and only one of them places Firuzkuh between Herat and Ghazni. Although it is not known whether the Jam site really is the former location of Firuzkuh, it was definitely a fortification against possible invasions, a stronghold established at an exceptional strategic point on the route between Ghor and Herat.

The minaret was probably built at the height of the Ghurid dynasty, even though no date is mentioned in the inscriptions. The name of Ghiyath al-Din appears three times, and, according to certain historical texts, there was apparently a mosque there in 1192-93, which might have been destroyed on the orders of Ghengis Khan in 1221 or carried away by a river spate. Geologist A. Borgia’s recent mission (August 2002) uncovered evidence to confirm that hypothesis in the form of the 4 m layer of alluvial deposits covering the base of the minaret. This finding should be studied carefully by future missions. Decisions regarding the best way to restore the minaret cannot be taken until a thorough survey has been conducted.

To prevent other threats to the stability of the minaret, whose base is threatened by river erosion, protective traditionally built gabions of stones and tree trunks were set in place with the aid of the inhabitants from the neighbouring village in August 1963.

In June of the following year a brick and mortar sampling programme was conducted, but it was impossible to carry out surveys of the subsoil due to the complexity of the problems that had to be dealt with, including lack of machinery and of specialized personnel.

Many actions were undertaken at the end of the 1960s to reach the minaret from the village of Jam along the Jamrud and a wooden bridge was built across the Harirud to access the Bedam Valley.

In 1974, at the request of the Afghan Government and within the framework of the UNESCO-UNDP Project (Restorations of Monuments in Herat – Strengthening Government’s Capability for the Preservation of Historical Monuments) UNESCO commissioned me to undertake a thorough restoration study of the minaret as I was already in Herat at the time. Only then, thanks to the opening of a road suitable for vehicles, was it possible to plan a restoration project and finally transport the equipment and materials needed to the foot of the minaret. A small house was built alongside the monument to accommodate the labour force, as well as a warehouse for the building materials.

A break in the project

Between 1975 and 1980, when the citadel and minarets in Herat were being restored and a team of Afghan architects and engineers specializing in restoration work was set up, UNESCO financed an emergency intervention in Jam (in 1978) that was to involve installing protective metal gabions imported by sea and road from Europe, a step that was to be the first phase of the project. The gabions were to be filled with stones from the site to protect the base of the minaret against river erosion, but they were also meant to facilitate surveys and digs in order to obtain better archaeological information about the site before starting work to reinforce the base and foundations.

By September 1979, stones had been accumulated near the minaret. This initial operation, as well as the testing of the minaret’s foundations and the clearing away of the debris around the base, was to be completed the following year. Shortly afterwards, however, when the conditions required for action had finally been met, war broke out and made any further intervention impossible.

During the Soviet occupation, while UNESCO continually expressed its interest in conserving Afghan cultural heritage and in particular the city of Kabul and its archaeological museum, it was never able to take effective action. The question of safeguarding the monument was delegated to non-governmental organizations, especially the Society for the Preservation of Afghanistan’s Cultural Heritage (SPACH), an organization based in Peshawar, which for all those years did very useful work involving documentation and emergency actions. It continually drew attention to the problems of conservation in dramatic conditions in which the priorities were of a quite different nature.

Contact renewed

It was not until 1999 that the minaret received any serious attention and a new mission was carried out following a report from SPACH highlighting the dangers that threatened it. Twenty years after the last visit, under Taliban rule, I was able to reach the minaret on 2 August 1999, together with the Afghan engineer Akbari, thanks to a special agreement between the warring parties – Mujahidin and Taliban – who were entrenched on either side of the Harirud.

Although that inspection visit lasted barely an hour, after which the experts were forced to leave in order to avoid security problems that might have compromised the mission’s success, it achieved its ultimate objective, which was to check the state of the minaret and as far as possible compare it with the situation in 1979. In that short time, a decision was taken on the kind of emergency action that was feasible under the circumstances. Those twenty years which had seen a series of tangible interventions making it possible to prepare for the protection and restoration of the minaret and organize archaeological research throughout the area, had been followed by twenty more years (1979-99) of senseless destruction. Thus, by 1999 all the achievements of 1963-79 had been wiped out.

The last twenty years of ‘holding one’s breath’ had led to a particularly difficult situation and shattered all hopes of swiftly ensuring effective protection for the minaret. The bridge, base camp and infrastructures which should have served as a worksite depot were completely destroyed; the metal gabions provided by UNESCO in 1978 had disappeared, as had the protective materials installed in the 1960s; only the stones that had been gathered to fill in the gabions remained.

We had, in other words, reverted to the situation that prevailed prior to 1960, one of complete isolation from the civilized world. After thirty years of care and effort, work had to begin again from scratch, and, what is more, in a situation of armed conflict.

During that brief mission, in agreement with the Afghan engineer, who made himself available to supervise the work, a decision was taken to reuse the remaining stones and, in the absence of metal gabions, to use tree trunks to provide the minaret with temporary protection. As in 1961, the necessary labour was recruited in the area around the village of Jam. However, the idea of reconstructing the house and bridge as in the 1970s was ruled out lest they serve as military positions against the opposition forces (those of Commander Massoud).

In 1999 and 2001 SPACH and HAFO (Helping Afghan Farmers Organization) carried out protective measures in two phases. In the absence of gabions, the first phase involved an effective use of wood and stone (they successfully withstood a flood on 14 April 2002), while the second phase involved the use of metal gabions along the bank of the Harirud.

On course again

In March 2002, after the destruction of the Bamiyan Buddhas and the fall of the Taliban regime, UNESCO was again able to take over direct control of the situation and send a consultant to the site in a UN helicopter. Although the visit confirmed that the measures taken to protect the minaret’s base had proved successful, it also revealed the disastrous results of illicit excavations that would seriously jeopardize the scientific results anticipated from the projected archaeological digs. Judging by the scale of the clandestine digs, those responsible for them must have made a huge profit. What precisely has disappeared cannot yet be determined. A project to build a road and a bridge also presents a threat to the archaeological site as it might destabilize the minaret and would ruin the archaeological zone.

The gravity of the situation justified urgent action to safeguard the monument. This was the strongest argument put forward during the International Seminar on the Rehabilitation of Afghanistan’s Cultural Heritage, organized by UNESCO and the Ministry of Information and Afghan Culture in Kabul on 27-29 May 2002.

Meanwhile, UNESCO World Heritage Centre and the Afghan authorities elaborated a nomination dossier, including important information obtained from the March 2002 mission report. The Government of Afghanistan showed exemplary commitment and dedication in this endeavour. It nominated the site for inscription on both the World Heritage List and the List of World Heritage in Danger for consideration by the International Council on Monuments and Sites and the World Heritage Committee at their 26th session in Budapest (24-29 June 2002). This led to the first inscription of an Afghan property on the World Heritage List. Recognizing the urgent need to mobilize international technical and financial support to protect the property, the Committee accepted the government’s wishes to immediately inscribe the site on the List of World Heritage in Danger.

In the wake of the serious destruction wrought in the Bamiyan Valley (particularly that of the giant statues of Buddha) and the partial destruction of Kabul Museum, the Minaret of Jam has become a symbol. There is consequently room for cautious optimism concerning the future of Afghanistan’s cultural heritage.

Inclusion of the minaret on the World Heritage List has allowed UNESCO to initiate protection work by setting up a working group entrusted with the task of ensuring the monument’s preservation and enhancement.

In August 2002, I headed a mission that defined the basis necessary for an accurate survey of the area, the water courses and a more complete study of the foundations with the co-operation of a specialized geologist, Dr A. Borgia.

Following upon that mission, in October of that same year UNESCO commissioned a team with state-of-the-art equipment to carry out the second survey of the minaret to be conducted in the last forty years (the only previous survey was the one I had undertaken in 1961). That mission yielded a very positive result, providing UNESCO with plans of the minaret and with various precise measurements of its height, the cross-sections of the walls, the exact incline of its axis and site topography.

Those surveys and, above all, the measurements of the exact incline, are essential data for those responsible for planning consolidation work. Prof. Macchi, an engineer specializing in structural problems of such buildings as the Tower of Pisa and the bell tower of the basilica of St Marks in Venice, has been commissioned to prepare a consolidation project for the minaret. The first part of the project consists in a series of soundings of the foundations by means of core-drill boring and a structural study to be conducted by specialized companies in April 2003. This information will also be indispensable in deciding where to build a road without destabilizing the ground around the minaret.

Archaeological research will be undertaken at the same time, beginning with a thorough examination of the clandestine digs to obtain enough information to allow Afghan archaeologists to excavate in a scientific fashion. Italian archaeologists from ISIAO (Istituto Italiano per l’Africa e l’Oriente), under the supervision of Prof. G. Verardi, will join them in that task. In the meantime, the house near the minaret will have been rebuilt to serve as headquarters for the personnel of the restoration and archaeology mission.

Those initial actions will precede the main restoration project, which will involve other specialists and all necessary material and machinery.

It is to be hoped that the political situation in Afghanistan will allow UNESCO, the Afghan Government and the various specialists to pursue their efforts and carry out their missions in suitable conditions.

Marruecos en Coche

26-4-2003

Hemos iniciado el viaje en Barcelona desde donde hemos bajado hasta Algeciras. Tras 10 horas de N340 hemos embarcado en el puerto de la ciudad, después de haber comprado un billete para el coche y para nosotros en la carretera y sin reserva previa. La llegada a Ceuta, aunque tarde, no nos ha llevado mayores problemas que los derivados de la dificultad que puede llevar encontrar una habitación en un hotel a las 23:30.

27-4-2003

El primer problema nos lo hemos encontrado al intentar cruzar la frontera en coche sin disponer de la carta verde (o seguro internacional). Finalmente lo hemos conseguido pagando unos 50 € por un seguro para 10 días.

La entrada en Marruecos es muy chocante porque todo es distinto. Las personas, los coches, las carreteras y las señales de tráfico. Nuestra primera ciudad, Tetuán ya nos da una idea de lo que es Marruecos; gente en las calles, animales de todo tipo, mercados abiertos, calles malolientes y sobre todo gente (niños) pidiéndonos de todo.

Camino de Chefchaouen nos hemos detenido en un «restaurante» de carretera donde hemos tomado nuestra primera comida marroquí (pollo con patatas). Estamos en la zona norte de Marruecos donde abunda el kif, prohibido actualmente por las autoridades.

Chefchaouen, anclado en medio de una agreste cordillera es quizás de lo mejor de nuestro viaje. Es una ciudad tranquila, no excesivamente calurosa, con algunos mercados y con una arquitectura urbana exquisita.

Desde aquí hemos hecho de nuevo carretera hasta Meknes donde hemos pasado la primera noche en un hotel que hemos encontrado por 37 € a las 10 de la noche.

28-4-2003

Hemos visitado Meknes, sus medinas, palacios, puentes y restaurantes. A la finalización del día hemos decidido ir a dormir a Fez. Encontrar hotel ha sido un poco complicado por lo grande de la ciudad y el tumulto y tráfico en la calle a las 20:30h. Finalmente, nos ha pillado «un voluntario» que nos ha recomendado un hotelito de un «hermano» suyo. El sitio no era el Palace pero era habitable y sobre todo muy barato (14 € / noche). El voluntario, después de que dejáramos los trastos en el hotel nos ha recomendado el restaurante de «otro hermano».

Poco antes de acostarnos, nos ha vuelto a «recomendar» a otro hermano suyo. Esta vez un guía supuestamente oficial para una visita guiada al día siguiente.

29-4-2003

Hemos iniciado la visita a Fez con un supuesto «guía oficial» aunque en 6 minutos tuve mis primeras dudas sobre su «oficialidad». Su objetivo principal era que comprásemos todo tipo de artilugios en tiendas de «conocidos» suyos. Después de explicarle que no teníamos intención de comprar absolutamente nada, empezamos a entendernos, aunque al tipo se le hacía un poco difícil que en todo el día no nos hubiéramos gastado ni un euro.

Fez es una ciudad muy grande con una gran medina y con gran cantidad de oficios artesanos. Vale la pena permanecer un par de días.

30-4-2003

Nuestra próxima ciudad era Ifrane, un solitario pueblo de montaña muy cerca de las únicas pistas de esquí de Marruecos donde tienen casa buena parte de la clase pudiente del país. Llévate la chaqueta porque hace frío.

El pueblo está rodeado de frondosos bosques y lagos donde puedes encontrar monos en estado natural.

1-5-2003

Para hoy teníamos previsto realizar la parte de la ruta más solitaria, desde el punto de vista turístico, de todo el viaje.

Descendiendo por las suaves colinas de Ifrane dejamos atrás las altas montañas para entrar en una zona semidesértica con oasis en el fondo de los valles, kashbas y sobre todo pueblos bulliciosos con niños que vienen a pedirnos de todo. La ruta, magnifica, nos permite descubrir algunas dunas y ríos hasta llegar a la bonita ciudad de Tinerhir donde pasamos la noche.

2-5-2003

Siguiendo las indicaciones de muchas guías procedimos a iniciar la ruta hacía las gargantas del Todra. A poco más de 30 km de Tinerhir se llega a la zona de paredes más empinadas de todo el recorrido. La verdad es que no son tan espectaculares como esperábamos y por ejemplo, en Huesca, el Cañón de Añisclo, en el Parque Nacional de Ordesa, es bastante mejor.

Después de intentar continuar carretera arriba hasta dar con la garganta del Dades, hemos desistido después de comprobar que la pista se encontraba en bastante mal estado.

Finalmente hemos llegado a Ouarzazate para comer, después de haber visitado su importante kashba. Por la tarde hemos iniciado el camino en el Valle del Draa. Este valle es especial. Si bien en un principio puede no llamarnos la atención, al estar algunas horas la carretera que lo recorre descubrimos un nuevo mundo formado por palmeras, pueblos perdidos y el rio.

La noche la pasamos junto al valle, en una tienda bereber y con el cielo sobre nuestras cabezas, a unos 40 kms antes de Zagora.

3-5-2003

Después de despertarnos con la salida del sol iniciamos el camino hacia el norte en dirección a Marrakech.

A pocos kms de Ouarzazate visitamos Aït-Benadhou, un pequeño pueblo con una interesante kashba donde se han rodado varias películas.

Saliendo de la población, hemos iniciado una travesía de 5 horas por camino pedregoso, atravesando el medio atlas con alturas superiores a los 2.200 metros. En la ruta, hemos descubierto pueblos remotos y valles espectaculares. Posiblemente la mejor ruta de todo el viaje. Abstenerse vehículos no todoterreno y personas con polvofobia o tendencia al mareo. Después de llegar a Telouet hemos vuelto a la carretera nacional y hemos llegado a Marrakech.

La ciudad es muy grande, bulliciosa y sobre todo muy moderna. Nos ha sido un poco difícil encontrar hotel por culpa de que estaban llenos y los marroquís que se obstinaban en enseñarnos y llevarnos a sitios. Lo mejor que puedes hacer es no dejarte aconsejar por ningún marroquí para buscar hotel, porque pese a que seguro que hay consejos de gran valía, no podrás distinguir cuales son fiables y cuales no.

4-5-2003

Hemos visitado Marrakech. La verdad, es que después de haber leído tanto y de haber visto buena parte de Marruecos, la ciudad nos ha decepcionado un poco: más tumbas, zocos, plazas y medersas.

Después de realizar algunas compras en el zoco y de visitar la plaza del Fnac, hemos decidido ir a cenar a un McDonalds, no porque no nos guste la comida local sino para observar a los Marroquíes más de cerca, porqué… ¿ que es más interesante, ir a un «típico» restaurante marroquí «limpio» y por tanto repleto de guiris, ir a un típico bar marroquí «sucio» (pero sucio, sucio) y por tanto lleno de marroquíes o por el contrario ir a un McDonalds limpio y lleno de jóvenes marroquíes donde podemos observar el verdadero Marruecos, muy lejos del que hemos conocido en los zocos y barrios antiguos ?.

5-5-2003

La siguiente escala ha sido Essaouiria., un pueblo que no debes perderte en tu viaje a Marruecos o en tu estancia en Marrakech. Se trata de un pueblo de pescadores, donde no hace calor y donde puedes comer pescado y marisco fresco a buen precio.

La noche la hemos pasado en Al-Jadida, una antigua plaza portuguesa que aun conserva parte de su casco antiguo. No hay guiris y la gente no te molesta.

6-5-2003

Dejamos Al-Jadida muy temprano y comenzamos a subir hacia el norte en dirección Rabat.

La verdad es que habíamos leído muy poco de la capital de Marruecos y nos sorprendió gratamente. Después de una rápida visita a uno de sus zocos (moderno y limpio) y a la ciudad antigua continuamos la marcha hasta llegar a Tanger, previa multa en la autopista por exceso de velocidad (139 km/h cuando el límite era 120, según nos dijo la policía).

El paso fronterizo de Tanger para embarcar hacia Tarifa es penoso y vergonzoso. La policía te pide dinero para agilizar los trámites aduaneros y no «hacerte perder el barco», pero no lo hacen de una forma discreta sino que lo hacen con todas las palabras y las letras y sin ningún tipo de pudor.

En fin, resulta penoso que la autoridades gubernamentales de Marruecos no puedan exterminar este tipo de corrupción, que sin duda, extrapolando un poco, debe existir a todos los niveles.

Y aquí acabó nuestro viaje. Llegamos a Tarifa a bordo de un buque bus rápido a las 8 de la tarde, y tras pasar la noche en Granada, llegamos al día siguiente a Barcelona.

El Tapiz del Apocalipsis

En 1380, en plena guerra de los 100 años, Luis I, Duque de Anjou y hermano del Rey Carlos V sueña con una gran obra artística y decide, por una vez, invertir más en arte que en armas. Dentro de este contexto particular encarga la realización del hoy extraordinario Tapiz del Apocalipsis.

Tapiz del Apocalipsis
Tapiz del Apocalipsis

El Tapiz se encuentra en el Castillo de Angers, en Francia, tiene 103 metros de largo, 4,5 m. de altura y consta de 70 cuadros.La obra está basada en el texto bíblico del Apocalipsis (último libro de La Biblia) escrito por San Juan en el siglo I en la isla de Patmos después de la muerte de Jesús, aunque contiene muchas otras aportaciones de los autores que retratan de manera excepcional el momento político y social que se vive a finales del siglo XIV.

El Tapiz fue terminado casi con toda seguridad en 1382.