Casa Torres de Margudgued

Una de las casas más emplemáticas de Margudgued era Casa Torres, la última vivienda del pueblo (o la primera según se llegaba por el camino desde Ainsa).

Recuerdo muy bien hace ya más de 30 años a sus dos ultimos moradores: Pilar de Torres y su hijo Gerardo.

Casa Torres de Margudgued

Pilar era madre soltera y pocos conocían al padre de su hijo, Gerardo, por lo que durante toda su vida arrastró un sentimiento de culpa y de sentirse señalada por haber sido madre fuera del matrimonio en un pueblo de apenas 40 o 50 habitantes. Mi abuela incluso me había llegado a decir que el hecho de que Gerardo fuera ciego era consecuencia de la «vida alegre» de Pilar y que Dios por eso había castigado a su hijo nacido del pecado.

A pesar de todo, Pilar y Gerardo conformaban una familia peculiar: Gerardo era muy simpático y siempre estaba dispuesto a ayudar en todo. Recuerdo los corros de vecinos en verano, después de cenar, en la calle en los que siempre estaban Pilar y su hijo explicando cuentos e historias.

En Margudgued, cuando llovía lo hacía con intensidad, como es normal en el Pirineo, y en más de una ocasión el rio se desbordaba y el agua entraba en las casas. Recuerdo que en esas ocasiones cuando la calle principal se llenaba de agua, Gerardo (ciego!!!) salía con una bara de hierro, encontraba la arqueta de la alcantarilla en mitad del agua y con una pericia especial, la abría para que el desagüe pudiera tragar toda el agua de la calle.

Los problemas de inundaciones terminaron cuando hace 30 años o así se decidió canalizar el rio y construir un pequeño paseo a su lado.

En otras ocasiones, Gerardo actuaba de manporrero de cerdos, nuevamente con una habilidad especial para los animales.

Pilar de Torres en Margudgued en 1983

En esta foto de 1983 tenemos a Pilar de Torres en medio de mi hermano y yo (el pelirrojo con gafas). Detrás mío tengo a mi abuela, Ángela Garcés Cambra y a su lado a mi madre, a mi padre y también está Mariàngels, una amiga de mis padres que había subido con su marido, Mario, a buscar setas con nosotros. La foto está tomada frente a Casa Sampietro donde nació mi padre.

Pero un buen día todo cambió. Pilar de Torres se estaba haciendo mayor y hace 15 o 20 años Gerardo decidió terminar con su vida tirándose al río después de preguntar a un vecino si el río llevaba mucha agua por culpa de las lluvias. Encontraron su cuerpo ahogado a medio camino entre Margudgued y Ainsa.

Pocos años más tarde también falleció Pilar y con ella terminó la saga de Casa Torres.

Cementerio viejo de Margudgued

Visitar el cementerio de Margudgued es siempre una actividad interesante. Se encuentra a unos 10-15 minutos caminando del pueblo y se llega tomando un pequeño sendero entre campos junto a la carretera no asfaltada que va hacia Ainsa junto al rio Ara.

Uno de los aspectos que llama más la atención del cementerio es la fecha que aparece en la losa de entrada y que marca 1924. La pregunta obvia es dónde estaba el viejo cementerio antes de esa fecha.

Puerta de entrada al Cementerio de Margudgued en 2003

La respuesta la tenía mi padre. Me contó que el cementerio del pueblo estaba junto a la iglesia y que se construyó el nuevo en 1924 porque el viejo se había quedado pequeño. Sin embargo, no fue hasta la década de 1940 cuando tuvo lugar un hecho importante.

Mi padre en el sendero que conduce al Cementerio Nuevo de Margudgued en 2015

Casa Gila quería construir unos establos para vacas en los terrenos del antiguo cementerio que reclamaba como propios. Hubieron muchas discusiones y «peleas» encabezadas por Enrique y Teresa de Cambra que reclamaban que al menos trasladasen los muertos al nuevo cementerio.

Parece ser que no fue así y al final tiraron los cadáveres al rio. La misma historia me la contó también Teresa de Cambra hace unos 20 años o más, después de que mi padre me lo explicara. Me pidió además, que no publicara nada, porque este hecho generó una gran herida entre los vecinos de Margudgued que duró varias décadas. Pasados ya más de 80 años y con ningún protagonista vivo, he pensado que sería bueno compartir esta historia.

Cementerio Nuevo de Margudgued en 2003

El viejo cementerio ocupaba las viejas cuadras de Casa Gila y el terreno del pozo al que se accedía por una especie de callejón. Hoy en día ya no hay animales ni vacas y el viejo edificio, colindante con la Iglesia, es una vivienda de turismo rural.

Cementerio Nuevo de Margudgued en 2015

Toda esta historia hay que contextualizarla en los tiempos de postguerra que estuvieron marcados por disputas entre los dos bandos ideológicos incluso mucho después de la finalización de la Guerra Civil.

La «Casa Pol i Blanca»

Uno de los deseos más antiguos que tenía en mi Lista de Deseos se ha hecho realidad por fin.

Fue en 2005 cuando decidí que tenía que tener una casa o piso en Margudgued, Boltaña o Ainsa y después de varios intentos con terrenos, arquitectos y promotores, la solución más efectiva ha sido la más sencilla: comprarme algo ya construído. Y así ha sido.

El 23 de junio, mi hermano y yo nos compramos un duplex en Boltaña para que la saga de los Sampietro pueda continuar donde comenzó hace ya muchos siglos. Pol y Blanca la han bautizado como «Casa Pol i Blanca» (ya se que es un poco egocéntrico por su parte pero considerando sus 5 y 3 años que tienen, lo puedo aceptar).

Cielo estrellado en Boltaña desde la «Casa Pol i Blanca» – Clica en la imagen para hacer zoom

Para los que no conocen la zona del Sobrarbe aragonés, diré que entre sus muchas peculiaridades que vale la pena descubrir destaca su cielo estrellado sin contaminación lumínica. No intentes hacer la foto de arriba en Barcelona porque no podrás.

Por fin en el Puente de Morillo

Después de muchos años intentando visitarlo, hace un par de semanas conseguí llegar a unos de los lugares más bonitos del Pirineo Aragonés: el Puente de Morillo sobre el río Yesa.

Puente de Morillo sobre el río Yesa

Lo cierto es que no hay prácticamente nada de documentación sobre este magnífico puente y como que mis conocimientos para datar edificaciones e infrastructuras son bastante nulas me quedaré con las ganas de saber algo de su historia. Lo que sí parece claro es que debe tener unos cuantos cientos de años de antigüedad.

Puente de Morillo sobre el río Yesa

Para llegar hasta el puente, tienes que estar un poquito en forma. La manera más fácil es coger una pista forestal que sale de Boltaña justo antes de llegar al cementerio saliendo de la Plaza Mayor y conducir hasta el cruce que marca «San Pietro». Necesitarás un 4×4 o al menos un coche alto y conducir unos 30 o 40 minutos. A partir de ahí, hay que continuar caminando, atravesar el pueblo de San Pietro (o Sampietro) y después de unos 45 minutos llegar al fondo del barranco de Yesa por donde cruza el puente. La vuelta será algo dura porque hay mucha subida o sea que llévate agua.

También hay otra forma de llegar que es desde Buerba, pero no he ido nunca desde ahí pero para llegar el camino es más largo porque hay que cruzar en coche todo el valle de Añisclo.

Pol y Blanca en Sampietro

El 23 de agosto de 2022, Pol (4 años) y Blanca (2 años) entraron en el abandonado pueblo de Sampietro marcando un hito histórico en su existencia.

Blanca y Pol con Sampietro al fondo

Para llegar es necesario transitar por una pista forestal durante unos 45 minutos con un coche alto y mejor si es 4×4, especialmente si ha llovido. Hay tramos de la pista que están un poco mal con muchas piedras altas y agujeros aunque no son más que 2 o 3 kms.

Después hay que caminar entre 30 minutos y una hora dependiendo del ritmo aunque en nuestro caso tardamos unos 70 minutos con varias paradas para beber agua y ver bichos y piedras.

La legendaria entrada de Pol y Blanca a Sampietro por primera vez en su vida

El pueblo está abandonado desde hace 400 o 500 años y desde entonces ha sido utilizado esporádicamente como refugio de pastores aunque se pueden ver algunas casas modernas de finales del siglo XIX de las que desconozco su objetivo.

El Puente de Moscarales

A unos 15 minutos andando desde Boltaña nos encontramos uno de los sitios de referencia del municipio que mucha gente desconoce y que considero de imprescindible visita.

La forma más fácil de llegar es la menos agraciada por lo que mi recomendación es dejar el coche en el Convento del Carmen o en el Camping Boltaña y caminar un sendero durante unos 30 o 15 minutos, dependiendo de donde hayamos aparcado, hasta que lleguemos a una pequeña zona de picnic muy integrada en el entorno junto al imponente puente románico de Moscarales.

Puente de Moscarales eb Boltaña

El puente no está excesivamente documentado pero se cree que su primera construcción sea del siglo XI aunque muy probablemente haya sufrido muchas modificaciones en estos 1000 años. En todo caso, su belleza es innegable.

Puente de Moscarales en Boltaña

Para los que vengais por el camino bonito junto al rio Ara desde el Convento del Carmen o por el Camping, tened en cuenta que los metros finales son un poco complicados si no eres muy ágil o si vas con niños. En todo caso, cálzate unas buenas zapatillas con buen taqueado para evitar resbalar y caerte al rio.

La ubicación del puente en Google Maps es esta y si quieres más información puedes consultar Cazando Puentes.

Por el Sobrarbe con Pol y Sofia

Esta semana hemos estado por la zona de Ainsa y Boltaña con Pol y Sofia (sin tilde) y hemos hecho un montón de cosas. Las minivacaciones han sido especialmente intensas para Pol donde ha tenido la oportunidad de hacer lo siguiente:

      • Jugar con perros.
      • Sentirse rodeado de un rebaño de ovejas.
      • Bañarnos en el rio en agua «fresquita».
      • Comer moras (muchas) directamente de las zarzas.
      • Comer manzanas y peras directamente del árbol.
      • Ver y tocar renacuajos, algunos de ellos casi-ranas.
      • Perseguir saltamontes y jugar con ellos.
      • Ver burros y acariciarlos.
      • Ascender a la Peña Montañesa (no hasta arriba de todo).
      • Andar por el monte (en total más de 10 kms).
      • Caminar por terreno muuuuuuy irregular.
      • Beber agua fría de fuentes naturales.
      • Atravesar un puente románico.
      • Perseguir gatos.
      • Ver una puesta de sol increíble entre montañas.
      • Redescubrir Margudgued andando desde Ainsa.
      • Ver y tocar setas.
      • Ver vacas, gallinas, patos y cerdos.
Pol y Sofia ascendiendo a la Peña Montañesa

En el vídeo de arriba, Pol transita alegremente por el sendero justo a punto de entrar en la pedrera de ascenso a la Peña Montañesa de 2.295 metros sobre el nivel del mar. Parece llano, pero no lo es.

Carmen y Ramón de Margudgued

En una de mis visitas al cementerio de Margudgued hace unos 15 o 20 años, fotografié las lápidas de Carmen Sampietro Coscujuela y su marido Ramón Santolaria Albás. Murieron en 1956 y 1958 respectivamente, y Carmen era la hermana de mi bisabuelo Antonio Sampietro Coscujuela (o Coscojuela, o Cascujuela como pone en la lápida,… pero está mal).

Lápida de Carmen Sampietro Coscujuela en el Cementerio de Margudgued.
Lápida de Ramón Santolaria Albás en el Cementerio de Margudgued.

He decidido publicar estas fotografías porque en la última ocasión en la que estuve ya no estaban. Imagino que el frio, la nieve y la lluvia deben haber contribuído a que las placas de la lápidas no hayan durado ni 60 años.