Técnico de Deporte Base

Entre 1994 y 1995 estuve 9 meses sirviendo en el Ejército de Tierra de España como conductor off-road del Capitán y como responsable de preparar el Belén del acuertalamiento (no es broma!).

Pero también hice muchas otras cosas, y entre ellas, dos de las cuales estoy muy orgulloso fueron prepararme para el que aun es hoy en día mi record personal de maratón (3h 21′) y certificarme como Técnico Deportivo de Base por la Escola Catalana de l’Esport de la Generalitat de Catalunya.

En total fueron 100 horas de clase más 4 exámenes junto con un trabajo de fin de curso en que hice un análisis super exhaustivo de todas las personas fallecidas en los últimos 10 años en la Maratón de Nueva York. En 1997, publiqué un pequeño post sobre lo ocurrido en 1994.

Hoy he encontrado por casa el certificado del curso y he decidido escanearlo ya que mucha gente no se creía la base científica del ultra-famoso Método Sampietro para Correr Maratón.

Para los que se pierden con el catalán aquí enumero las asignaturas que seguí: «Fundamentos de Biología», «Fundamentos de Psicopedagogía», «Fundamentos de Actividad Fisica y Deportiva» y «Fundamentos de Higiene y Primeros Auxilios»… que ya se sabe que el lavarse bien es clave.

El puente colgante de Margudgued

El actual puente que une Boltaña con Margudgued sobre el rio Ara es una cosa moderna de 1974. De hecho, aun me acuerdo cuando lo construyeron siendo yo bien pequeño.

Puente moderno sobre el rio Ara a la altura de Margudgued en 1974

Antes, la única forma de cruzar el rio era a través del viejo puente colgante a la altura del actual «Hotel Monasterio de Boltaña», un nombre moderno para el viejo sanatorio en que había convertido Isaac Noguera en 1910 el «Convento del Carmen» erigido a mediados del XVII por la Orden de los Carmelitas Descalzos.

Mi madre sobre el puente colgante en el rio Ara en 1967

En los 70, cuando veníamos a ver a mis abuelos a Margudgued, el viaje duraba muchas horas, entre 5 y 6, principalmente porque no había ni autopista hasta Lleida, ni Autovía hasta Barbastro, ni la carretera que une hoy en día El Grado y Ainsa. En vez de eso, el viaje era exclusivamente por carreteras atravesando todas las poblaciones y después de pasar Barbastro, por el centro de la ciudad, se tenía que escoger entre llegar a Ainsa por el Alto del Pino (de 857 m) atravesando Naval o hacerlo por Graus cruzando el Puerto de la Foradada (de 1020 m). En ambos casos, te tenías que comer mil curvas ya que no había ninguno de los túneles modernos actuales.

Mi madre y un vecino en el puente colgante sobre el rio Ara en 1967 con el Sanatorio al fondo

Lo más complicado del viaje, sin embargo, llegaba en Boltaña. Teníamos que dejar el coche en el otro lado del rio a la altura del Sanatorio y allí, nuestro abuelo nos venía a buscar a una hora estipulada con una burra y cruzábamos el puente colgante con todas las maletas y después caminábamos unos 20 minutos hasta la casa de mis abuelos.

Mi hermano, mi padre y yo en el puente colgante de Margudgued en 1974

No hace falta decir que el asfalto tampoco existía y que tanto la carretera hasta Margudgued como las calles del pueblo eran puro polvo y piedras.

Mi hermano y yo durante la construcción del puente moderno de Margudgued en 1974.

La buena noticia es que parece ser que pronto van a renovar el puente colgante y será posible cruzarlo de nuevo. En el marco de la nueva «Vía verde por el rio Ara» que enlazará Margudgued y Fiscal a través de Jánovas en 2027, se ha planificado la rehabilitación del puente aunque creo que no hará falta esperar a ese año porque las obras ya han comenzado con el mantenimiento de la Plaza Mayor de Margudgued.

¿Quién lee esto?

Estaba revisando estadísticas de lectura esta mañana, y en los últimos 5 años un total de 41.722 personas distintas han aterrizado en algún momento en www.albertsampietro.com y se han visto 62.087 páginas.

En lo que va de año llevo 2.044 visitantes con un total de 3.349 páginas vistas, siendo Alinear las puertas de Ikea el post más visto con 567 visualizaciones seguido por La Samson de Sant Feliu y Nabos contra patatas.

Estadísticas de acceso a albertsampietro.com desde 2008

Desde 2008, cuando comencé a contar las visitas utilizando Jetpack Stats, se han visto 560.200 páginas por parte de 154.400 visitantes, siendo las páginas más vistas por este orden: Claves para correr un maratón. el método Sampietro (35.532 veces), Mi opinión sobre Goldcar (33.988 veces) y Las 8 claves para ser feliz (16.825 veces).

Los datos de acceso antes de 2008 los publiqué en este mini-post hace ya unos cuantos años.

De culto

El otro día hablando con unos amigos discutíamos el concepto «de culto». ¿Qué significa exactamente que algo sea de culto?.

Aun recuerdo cuando fui al cine en el 2011 a ver Drive, una película que no puedes perderte, y me encontré un montón de gente con un palillo entre los dientes. Resulta que Ryan Gosling en la genial escena inicial conduce su coche durante unos cuantos minutos con un mondadientes en la boca (los 9 primeros minutos de Drive) para no quitárselo prácticamente en ningún momento durante el resto del film. La película de culto estaba servida.

Pero, y para mi, ¿Cuales son mi película, personaje, marca,… de culto?. Pues ahí va:

    • Mi película de culto: Sin duda alguna es la italiana «La grande bellezza» con un magnífico Toni Servillo bajo la dirección de Paolo Sorrentino. Es la película que tienes que ver antes de ir a Roma.
    • Mi personaje de culto: Es Abebe Bikila, el mítico etíope que ganó dos veces la maratón olímpica, la primera de ellas en Roma en 1960, corriendo descalzo y donde estableció la nueva plusmarca mundial en 2h 15′ 16».
    • Mi marca de coches de culto. Subaru es la elegida. Su motor boxer indestructible y su tracción total permanente en todos sus modelos hacen de la marca japonesa un mito casi eterno ajeno a modas y tendencias. Versión tras versión en todos sus modelos, Subaru se mantiene fiel a sus principios con una estética tradicional que gusta a bien pocos, entre ellos a mi.
    • Mi ciudad de culto. Viví en Verona dos años y he vuelto sistemáticamente a esta ciudad complicada pero fácil a la vez. Con una historia increíble y serpenteada por el Adige donde su Arena sigue conservando su pasado romano y su uso ancestral para entretener a las masas.
    • Mi carrera de culto. La «Carrera a la Peña Montañesa» ya no existe pero sigue remanente en mi memoria y en la de muchos corredores que durante unos años subíamos corriendo a la majestuosa Peña Montañesa en el Pirineo de Huesca. Su herencia la ha recogido la «Gran Trail Sobrarbe» con más kilómetros pero con mucho menos desnivel y probablemente con muchos menos heridos.
    • Mi marca de motos de culto. No invierte nada en publicidad y apenas tiene concesionarios pero si te haces con alguno de sus modelos scrambler serás prácticamente el úico llevando una Fantic Caballero en tu ciudad, ya sea de 125, 500 o 700cc. La marca italiana nacida en 1968 continúa íntegramente bajo capital italiano fabricando modelos de culto con su motor Minarelli.
    • Mi autor de culto. Esta categoría está muy reñida entre García Márquez, Houellebecq y Niccolò Ammaniti pero creo que me quedaré con este último por ser el menos mediático y el menos «traumatizado».
    • Mi libro de culto. Va a ser una decepción para muchos pero sin duda es el libro que he leído más veces y el que me ha inspirado más. Es «Breve historia de la química» del ruso-americano Isaac Asimov.
    • Mi objeto de culto. Nada hay que cuide más que mis zapatillas de running. Tienen que estar limpias y solo las utilizo para correr. Jamás se me ocurriría utilizarlas para ir de paseo, jugar a fútbol o andar por el monte. Me gusta ver como la suela se va desgastándo progresivamente y medir milímetro a milímetro como disminuye el taco de goma en cada uno de sus flancos por delante y por detrás.

Hasta aquí mis objetivos de culto. Algunos son muy míos y otros muy mediáticos como Bikila o Verona, pero así es la vida.

Se acerca carnaval

A finales de mes tenemos ya el carnaval aquí y habrá que empezar a pensar en los disfraces, así que si os interesan ideas, ahí os dejo esta vieja fotografía que he encontrado por casa hoy donde estamos mi hermano y yo listos para la acción.

Mi hermano y yo disfrazados en 1984

La fotografía fue hecha en marzo de 1984 por mi madre en la terraza de casa, en la calle Josep Miret 27, de Barcelona. Lo que aparece en la parte derecha superior derecha es su dedo.

Hacer que la información perdure

Llevo ya años estudiando y escribiendo sobre la historia de mi familia y sobre la mia propia, sobre Margudgued, sobre algunos objetos antiguos recuperados pero sobre todo de la genealogía de mis apellidos.

Cuando me muera, para lo cual aun falta mucho, no quiero que se pierda todo este esfuerzo e ilusión que he puesto durante todo este tiempo así que he preparado un plan para que la información perdure para siempre. Hoy en día toda esta información la tengo distribuída en cuatro soportes separados: Google (para fotografías, fuentes, documentos y escaneados), AWS (para albertsampietro.com), Tribalpages (para mi árbol genealógico y algunas fotografías más) y papel (documentos físicos, fotografías y la revista que escribía cuando era pequeño «Exper»).

El problema es que los tres primeros soportes (Google, AWS y Tribalpages) son servicios son de pago y en el momento en que la suscripción deje de abonarse, los datos serían borrados así que este es el plan que he ideado:

1. Libro físico. Tengo pensado transcribir todos los posts de mi blog a un documento Word, convertirlo en un libro y editarlo. También añadiré buena parte de los artículos que escribí antes de que existieran los blogs en mi revista personal que se llamaba «Exper-87» y posteriormente solamente «Exper» y que mantuve en activo desde 1987 hasta 1995 aproximadamente. En dicho libro también me gustaría añadir el árbol geneálogico de mi familia.

La idea seria regalar una copia del libro a varias personas de la familia y amigos para que hubiera copias redundantes. Probablemente, un libro bien editado sea el soporte que asegura una mejor conservabilidad más allá de soportes digitales que podrían quedar obsoletos en 40 o 50 años.

2. Memoria USB. Ahora mismo, en total, tengo generados unos 300 GB de información ordenada y clasificada y me gustaría símplemente grabar varias memorias USB para regalar a miembros de mi familia y amigos. Utilizando este soporte puedo poner mucha más información que en un libro aunque existe el problema de que se pierda o que deje de funcionar en unas cuantas décadas.

En todo caso me gustaría hacer algo bonito como crear una funda con forma de libro dentro del cual estuviera la memoria con algunos datos escritos a modo de ayuda o algo similar. Tengo claro que si voy repartiendo memorias USB, con lo pequeñas que son, en tres días se habrán perdido todas.

Además de toda la información, documentos y fotografías que tengo en Google, también volcaría una copia de seguridad de mi árbol genealogico en el formato estándar GEDCOM.

3. Información en objetos. Muchos de los objetos que me rodean y algunos de los libros que he leído, los tengo etiquetados actualmente con un código QR que al ser escaneado con un teléfono te lleva a la página con su historia o comentario dentro de albertsampietro.com. El problema es que cuando deje de pagar a AWS y mi dominio, toda esta información dejará de estar disponible y los códigos QR se volverán inútiles y de nada servirá que los haya impreso en etiquetas de larga duración y resistentes a productos químicos varios, altas temperaturas y a los impactos físicos. He utilizado para ello una impresora de transferencia térmica Brother P-Touch P-750W y etiquetas TZ Tape (actualmente las TZe-241).

La idea no era mala pero a no ser que pueda poner toda la información en el propio objeto de nada servirá. Podría hacerlo utilizando códigos datamatrix, pero la verdad es que ocupan casi más que imprimiendo el texto directamente así que esto es lo que haré.

El tema es pues decidir que impresora tengo que comprarme para comenzar a pegar etiquetas, de al menos 10 cms de ancho y alta durabilidad a algunos objetos antiguos recuperados de mis padres y abuelos, para que generaciones posteriores sepan de donde salieron y a quien pertenecieron.

El Erizo de Navidad

Una de las tradiciones más arraigadas por mi madre durante las Navidades era preparar el Erizo de Navidad, un insólito plato de entrante inventado por ella que consistía en forrar de papel de aluminio un melón y clavarle muchos palillos, en la punta de los cuales se ponían tomatitos, fuet, queso y pica-picas varios.

El Erizo de Navidad en casa de Irene este año en San Esteban

Mi hermano e Irene, siguen conservando esta tradición el día de San Esteban y este año no podía ser diferente y volvieron a servir el curioso Erizo de Navidad.

En esta ocasión, incluso había torreznos pinchados en algunos palillos.

Adiós a X

Después de 15 años por Twitter (o X), ayer decidí irme.

Lo había utilizado para informarme y seguir lo que iban haciendo o pensando algunos de mis amigos, pero progresivamente se ha ido marchando todo el mundo y al final solo han quedado cuatro bots fascistas y el pesado de Elon Musk.

Un dato que lo explica todo: cuando publicaba cualquier cosa, de los 2.000 followers que tenía, no más de 60 u 80 leían mi publicación, y eso después de una semana. Poco a poco se ha ido yendo todo el mundo hasta convertirse en la misma caricatura que encarna Musk.

Fue ayer también que abrí una cuenta en Bluesky, la réplica a X creada por Dorsey, el inventor de Twitter, hace unos 3 años y cuyo objetivo es convertirse en una red descentralizada que no pueda ser comprada y que opere de forma independiente y autónoma. Leía esta mañana que solamente ayer se dieron de alta más de 1 millón de usuarios. No está nada mal.

Mi perfil en Bluesky es @albertsampietro.