Madrid me gusta (pese al transporte)

Esta semana he estado en Madrid y tengo que reconocer que me gusta. De hecho, me gusta mucho. No solamente por su arquitectura, museos y parques sino también por su ambiente y su vida.

Definitivamente, Madrid es una ciudad viva las 24 horas del día durante toda la semana. Da igual que sea un domingo o lunes… vas a encontrar bares y restaurantes abiertos aunque no estés en el centro. En Barcelona esto es muy distinto y salir un lunes o un martes es prácticamente imposible a no ser que estés en el centro o cerca de zonas turísticas.

Como decía, Madrid me gusta, incluso pese a que es una ciudad muy sucia comparada con Barcelona o sus homólogas europeas. Hay basura por todos lados especialmente por las noches y a primera hora de la mañana.

Aunque sin duda alguna, el aspecto más mejorable de Madrid con una gran diferencia cuando se compara con cualquier otra ciudad occidental en la que haya estado, es el transporte. La red de metro es amplia pero muy incómoda: suele hacer bastante calor y las escaleras eléctricas y ascensores casi no existen pese a la gran cantidad de escaleras que hay. Tampoco hay tranvía y poquísimos carriles para bicicleta.

Como que andar en transporte público o bicicleta es una odisea, los madrileños, a la que pueden, se mueven en coche con lo que la ciudad está permanentemente congestionada y atascada con vehículos y ruido por todas partes.

Si se intentase mejorar el transporte y dejar de dar protagonismo a los coches, Madrid podría llegar a ser una ciudad realmente acogedora en la que te apeteciera salir a pasear o correr.

Sage Summit Tour en Madrid

Esta mañana he estado en el Sage Summit Tour en Madrid presentando Sage Live a más de 2000 partners y clientes. La foto me la ha hecho Lucas de Mendoza que ha estado conmigo compartiendo escenario para la ocasión.

Sage Summit Tour en Madrid
Sage Summit Tour en Madrid

El último día de Stefan Zweig

Probablemente Stefan Zweig es uno de los escritores europeos más importantes del siglo XX (aunque aun no haya leído nada de él). Nació en Austria en 1881 y al inicio de la segunda guerra mundial decidió emigrar dada su condición de «no ario» impuesta por el régimen de Hitler. Vivió en Francia, Inglaterra y finalmente en Brasil.

Y fue allí donde en 1942, en la ciudad de Petrópolis y junto a su mujer, decidió quitarse la vida no antes de haber escrito la magnífica nota de suicidio que ha podido ser recuperada últimamente y que se halla en la Biblioteca Nacional de Israel:

«Cada día he aprendido a amar más este país y quisiera no haber tenido que reconstruir mi vida en otro lugar después de que el mundo de mi propia lengua se hundió y se perdió para mí, y mi patria espiritual, Europa, se destruyó a sí misma.

… pero para empezar todo de nuevo un hombre de 60 años necesita poderes especiales y mi propio poder se ha desgastado después de años de vagar sin asiento. Por eso prefiero terminar mi vida en el momento adecuado, justo, como un hombre para quien su trabajo cultural fue siempre la más pura de sus alegrías y también su libertad personal —la más preciosa de las posesiones en este mundo…

Dejo saludos para todos mis amigos: quizá ellos vivan para ver el amanecer después de esta larga noche. Yo, más impaciente, me voy antes que ellos.»

Me fijé en ella hace unas semanas en la exposición «La Biblioteca Nacional de Israel: Depósito de Memoria» en Madrid en el complejo cultural de Matadero, junto a Madrid Río.

Correr de Noche en Madrid

También una forma de conocer ciudades es correr en ellas.

Estos dos últimos días he estado por trabajo en Madrid y ayer alrededor de las 10 de la noche después de un dia un poco cansado, me vestí de corto y salí Castellana arriba, Castellana abajo a hacer unos 12km. Pasé por las Torres Kio y por unos cuantos Ministerios y por un montón de sitios más que no tengo muy claro lo que eran…

En Madrid por la noche y entre semana hay muchísima más gente que en Barcelona y los restaurantes y bares están llenos. También hay muchos coches oficiales (casi todos Audis y BMWs) con gente «importante» que se sube o que se baja y que se mete en restaurantes.

Los del hotel me miraron un poco raros cuando aparecí todo sudado alrededor de las 11 en el hall.