Fiestas de Boltaña de 1974

Hace unas semanas recuperé de casa de mis padres el programa de las «Fiestas de la Convivencia» que se celebran en Boltaña (Huesca) en agosto de cada año.

Programa de las Fiestas de Boltaña de 1974

La verdad es que es realmente interesante leer los artículos y apreciar la gran diferencia que existe con la forma de expresarse hoy en día pese a que muchos de los problemas, en la presentación de las fiestas, por ejemplo, continuan siendo muy vigentes.

Planificación de las fiestas

En el programa detallado, los actos religiosos aparecen como el evento más destacado como no podía ser de otra forma aunque combinados con mucha música y baile.

Algunas fotografías de Boltaña en 1974

Las fotografías, aunque de mala calidad, también juegan un papel importante, como el puente de la portada que une la carretera nacional con Margudgued y el Sanatorio y que se debió inaugurar ese año. Antes, la forma de acceso habitual era a través de un puente colgante de madera.

Boda Doble en Casa Gila: Hoy hace 53 Años

Extraído del Programa de las Fiestas de San Pedro de Margudgued 2008

Hace 53 años, el viernes 28 de abril de 1955, víspera de San Pedro de Verona, se celebró en Margudgued un acontecimiento muy sonado en aquella época: fue una boda doble. Se casaban dos hermanos de Casa Gila: Ramón y María Cavero con Jovita Pardo y José Lafalla. La ceremonia religiosa se celebró en la iglesia de San Antón y estuvo amenizada por los músicos de Labuerda.

A la salida de la iglesia, los músicos tocaron un pasacalles desde la iglesia hasta el final del pueblo (a la altura de Casa Rufas).

El convite se celebró en el Restaurante El Parador de Boltaña, asistieron 127 invitados, que fueron trasladados allí en autobús desde la salida del puente colgante del Monasterio del Carmen, pues no existía acceso alguno al pueblo con vehículos a motor. Como postre se sirvieron las «arras» o tartas decoradas, que habían sido bendecidas durante la eucaristía.

Uno de los momentos más comentados del día fue cuando llegaron dos hermanas de Casa Cambra: Palmira y Emilia, residentes en Caracas, vistiendo pantalones, una prenda que, por aquel entonces en estos lugares estaba reservada exclusivamente al género masculino.

Después de comer, hubo baile en el Restaurante con los músicos de Labuerda, pero antes de finalizar, las dos parejas de recién casados partieron de viaje de novios a Madrid.

50 años después, el 30 de octubre de 2.005, Ramón y Jovita celebraron sus bodas de oro con una misa en la Iglesia de San Antón, vermú en el Bar El Pajar para vecinos y familiares y comida en el Restaurante El Callizo de Aínsa. También disfrutaron de una segunda luna de miel en Tenerife.

Escrito por Teresa Laplana gracias a las informaciones de Ramón Cavero y Jovita Pardo.

Las Fiestas de Antaño en Margudgued

– Extraído del Programa de las Fiestas de San Antón de 2007 –

Aunque la fiesta de San Pedro de Verona era la fiesta pequeña de nuestra localidad, se celebraban tres días distintos. La vispera de San Pedro los mozos iban a buscar un pino cada uno y se adornaba la plaza con pinos y banderillas de papel. Después, los mozos subían al campanario de la iglesia al que se accedía a través del coro (que ya no existe) y se bandeaban las campanas.

El 29 de abril, día de San Pedro de Verona, como no, era el día grande de la fiesta. Por la mañana, se hacía la misa en honor al Santo, cantada y acompañada por la orquesta; los mozos y la orquesta se situaban en el coro durante la celebración.

Al término de la ceremonia, como todavía hoy se sigue haciendo, se bendecían las tortas, el vino y unos ramos de olivo y se salía con éstos en procesión hasta la cruz donde se hacía la bendición de los términos para que el patrón protegiera las cosechas de las tormentas. A la hora de comer, cada uno se iba a su casa y comía con sus parientes que venían de los pueblos cercanos a celebrar las fiestas.

A la caída de la tarde los mozos pasaban por las casas de las mozas para recogerlas y llevarlas al baile. «Si no íbamos a recogerlas, no salían a bailar», recuerda Ramón.

Alrededor de las 8 de la tarde comenzaba la primera sesión de baile que duraba hasta las 10 de la noche. Las orquestas estaban compuestas por músicos de localidades cercanas a la nuestra que tocaban algún instrumento como el violín, saxofón o guitarra.

Cuando terminaba el baile al que asistía gente de las localidades próximas, los vecinos del pueblo invitaban a los conocidos a cenar a sus casas, junto con los parientes. Nadie se quedaba sin cenar. Después de la cena, de nuevo los mozos pasaban por las casas de las mozas para tomar una copa y recogerlas para ir a la segunda sesión de baile.

Los demás días se celebraban más o menos de la misma manera, excepto la procesión, bendición de términos y reparto de la caridad, que se hacía sólo el 29 de abril. El último día se organizaba una rifa, en la que se sorteaban pollos, patas de cerdo, panes blancos,etc. Normalmente los agraciados con los premios los cedían para el pueblo y se juntaban mozos y mozas para cenar todos juntos con lo que les había dado la rifa. Después, de nuevo a bailar y con esto terminaban las fiestas.

Al final de todo, se pasaban cuentas de todos los gastos que había habido y se dividían entre los mozos que lo abonaban entre todos.

Escrito por Ramón Cavero Bielsa y Teresa Laplana Rodríguez

San Pedro de Verona

Margudgued celebra sus fiestas de invierno cada 17 de enero con hoguera en honor a San Antón y su fiesta mayor esta dedicada a San Pedro de Verona (29 de abril), con comida popular y reparto de tortas y vino. Es la llamada Caridad.San Pedro de Verona, patrón de Margudgued, nació en Verona en 1206 y murió cerca de Milán el 6 de abril de 1252. Sus padres eran adherentes de la herejía maniquea, la cual todavía subsistía en el norte de Italia en el siglo XIII. Enviado a una escuela católica y luego a la Universidad de Boloña, conoció ahí a Sto. Domingo y entró a la Orden de los Predicadores. Tales fueron sus virtudes, severidad de vida y doctrina, talento para predicar y celo por la Fe, que Gregorio IX lo hizo inquisidor general y sus superiores lo destinaron a combatir los errores de los maniqueos. Con tal encargo, evangelizó casi toda Italia, predicando en Roma, Florencia, Boloña, Génova y Como. Las multitudes acudían a verlo y le seguían a donde fuese, haciendo numerosas conversiones. Nunca dejó de denunciar los vicios y los errores de los católicos que confesaban la Fe de palabra, pero la negaban con sus actos. Los maniqueos hicieron todo lo posible por hacer que el inquisidor cesara de predicar contra sus errores y propaganda. Trataron de detenerlo con persecuciones, calumnies y amenazas.

Ama a Jesucristo y como Él, experimenta la prueba, el menosprecio de algunos sectores y el ataque de quienes pensaban distinto. Su presencia evangelizadora a través de la Predicación continúa con intensidad, su capacidad organizadora le lleva a coordinar y fundar muchos mas pequeños grupos organizados. Se comenta que un día en su contemplación, en su celda dominicana, recibe la visita de las Santas Mártires: Inés, Cecilia y Catalina que dialogan en su habitación. Otros frailes llevan la noticia al Padre Prior. En el Capítulo Conventual es reprendido y corregido porque ha violado la clausura y ha recibido a mujeres en su celda religiosa. Su respuesta es un prudente silencio y es enviado al Convento de la Marca Ancona donde intensifica su estudio y oración… Un día se desahoga ante un crucifijo: «¿Qué mal he hecho, Señor, para verme como estoy?». Cristo Crucificado le dice: «Y, yo, Pedro, ¿qué mal hice?». Estas atribuciones que la tradición le dan, son fiel reflejo de la intensa comunicación que con Dios tenía a través de la Oración. Algo que había trascendido a los demás. La gente de Oración profunda transpira esa experiencia y no hace falta que publique sus experiencias místicas.

El 6 de abril de 1252, cuando regresaba de Como a Milán, cerca de la aldea de Barsalina, se encontró con un tal Carino, quien junto con algunos otros maniqueos había hecho un complot para asesinarlo. El asesino le golpeó con el hacha con tal fuerza que el santo cayó medio muerto. Lográndose poner de rodillas recitó el primer artículo del Símbolo de los Apóstoles y ofreciendo su sangre como sacrificio a Dios, humedeció sus dedos en ella y escribió en el suelo las palabras: «Credo in Deum.» El asesino entonces perforó su corazón. Su cuerpo fue trasladado a Milán y depositado en la iglesia de San Eustorgio, donde un magnífico mausoleo, obra de Balduccio Pisano, fue erigido en su memoria. Realizó tantos milagros en vida, pero fueron aún muchos más numerosos luego de su martirio, que el Papa Inocencio IV lo canonizó el 25 de marzo de 1953.