Vietnam

Aunque también hemos estado en Camboya, Singapur y Maldivas (de donde uno no debería regresar nunca), el grueso de nuestra luna de miel ha sido en Vietnam donde el segundo día me pillé amebas, hubo que ir al hospital y estar un día de descanso.

Vietnam es un país atractivo, rural y muy barato. Las principales ciudades, Ho Chi Min (la antigua Saigon) y Hanói son un auténtico caos a la hora de circular o incluso simplemente de andar. El peatón no tiene ningún tipo de prioridad; ni en los semáforos, ni en las aceras (invadidas constantemente por coches y motos) ni en los pasos de peatones.

Pero todo esto queda compensado por su cultura y por la majestuosidad de ciudades como Hué o Hoi An, ambas patrimonio de la humanidad, así como por su rica historia claramente visible a lo largo del país.

Palacio de Gia Long, Hué
Palacio de Gia Long, Hué

Vietnam, uno de los pocos regímenes comunistas que aun persisten, carece de democracia real, los medios de comunicación están controlados por el gobierno y la educación está políticamente influenciada por una visión característica de su historia más reciente. Sus habitantes, los que no tuvieron que emigrar al finalizar su guerra civil, ven a los Estados Unidos como los únicos «malos» en el conflicto que paralizó el país entre 1955 y 1975.

Sin embargo, y sin quitarle importancia y culpa a la masacre desproporcionada que Estados Unidos perpetró, los vietnamitas actuales y su gobierno comunista obvian o manipulan importantes partes de la historia tales como que la guerra se recrudeció cuando Vietnam del Norte, apoyada  y sustentada económica y militarmente por China y la URSS atacó en 1961 a Vietnam del Sur y extendió el conflicto a todo el país.

De los 3 millones de muertos aproximados que tuvo el conflicto, alrededor de 1 millón son atribuidos a los Estados Unidos (que tuvieron 60.000 bajas) mientras que el resto fueron causados por las propias milicias y ejércitos vietnamitas luchando entre ellos.

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