Aquí Comenzó Todo: en Sampietro

El próximo domingo estaré en Ainsa en la Ascensión a la Peña Montañesa. El sábado intentaré convencer a mis compañeros de fin de semana para que vayamos a Sampietro (donde presumiblemente comienza la historia de los Sampietro), un pueblo abandonado hace más de 400 años en el centro de un verde valle flanqueado por arroyos.

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Siguiendo por el camino que va desde Boltaña a Morillo de Sampietro (pasando junto al Mesón del Piojo), hay que dejar el coche en una curva cerrada a la derecha, justo cuando empezamos a descender del pequeño collado que tenemos que salvar. Justo en ese punto existe la indicación del sendero PR-HU 44 que nos guiará después de un pequeño paseo de 30 minutos hasta Sampietro (995 m. sobre el nivel del mar).

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Cuentan las crónicas que el pueblo fue abandonado repentinamente sobre el 1600, según censos de la época. Hay varias hipótesis para lo ocurrido aunque en el fondo concurren en la misma y única idea de que sus habitantes se revelaron contra la administración pública.

El detalle de la historia cuenta que después de varios años sin pagar impuestos, un día cuando todo el pueblo estaba reunido en la iglesia entró el ejército y mató a toda la población excepto a dos mujeres que estaban con el ganado fuera del pueblo. Dichas mujeres pidieron asilo en Morillo de Sampietro y les fue negado; entonces fueron a Buerba y Vió.

Desde entonces todos los campos colindantes (a terrazas) de Sampietro han sido cultivados por los habitantes de Vió. Como era un largo camino de ida y vuelta, optaron por conservar las casas de Sampietro para poder ir algún día durante las labores de siega, pastoreo, etc.

Resulta interesante observar la pobreza extrema de estos habitantes a juzgar por sus moradas.

Lobos de Mar

El domingo pasado estuvimos visitando Mar del Plata, a unos 180 kms de Tandil, en medio de la lluvia y del frio (estamos en invierno), y una de nuestras principales sorpresas fue descubrir que al final del puerto de mercancias de la ciudad, habita una colonia de unos 800 lobos de mar. Particularmente yo nunca había visto estos animales y la verdad es que son sorprendentes. Además de ser muy grandes, huelen muy mal y están todo el dia durmiendo en mitad de cualquier sitio (en un trozo de playa, en las rocas, en la carretera !,…).

Lobo de mar en Mar del Plata
Lobo de mar en Mar del Plata

Sin embargo, lo más llamativo es que no sólo no tienen miedo de los humanos sino que a la que ven que te acercas un poco te escupen.

Ascensión a la Peña Montañesa

Ya estoy inscrito a la III Carrera a la Peña Montañesa para el próximo 29 de Junio. La distancia total será de 23,75 kms, que no sería nada del otro mundo si no fuera porqué el desnivel de subida es de 1.200 metros y el de bajada de 1.762. Voy a tener que entrenar un poco porqué no va a ser fácil. Si no se rajan, iré con Jordi, Vicenç y José Luis.

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Este colosal macizo se encuentra ubicado en el Pirineo Aragonés, en la comarca del Sobrarbe. La foto está tomada desde su capital Ainsa y tiene una altura de 2.291 metros.

Olivella y el Garraf

Hoy he corrido la XV Cursa de Olivella (en la provincia de Barcelona) con una distancia de 13km y un tiempo de 1h 04′ 09» pese a que me continúa doliendo el empeine del pie izquierdo (después de más un mes) y eran todo subidas y bajadas.

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El pequeño pueblo de Olivella es pequeño y bonito y aunque sólo sea por su ubicación es recomendable su visita.

La carrera transcurría por caminos de montaña entre bosques y campos en el magnífico macizo del Garraf, una zona a poco más de media hora de Barcelona y que nadie debería perderse. Para llegar hasta Olivella, he entrado por Sant Pere de Ribes y para volver he decidido atravesar el Parque hasta alcanzar Castelldefels (todo en coche, claro). El camino está totalmente asfaltado (o casi) y más o menos señalizado. Las vistas, el entorno, las masías y los viejos campos son realmente excepcionales.

Hace unos 10 o 15 años hice una de las mejores travesías a pie que he hecho nunca, que consistió en ir desde Gelida hasta Sitges, atravesando los macizos del Ordal y del Garraf. Fueron unas 8 o 9 horas andando en pleno julio que desde luego valieron la pena.

4 Países Más

Acabo de volver de un crucero por el Caribe (más tres días en Cuenca – otra dimensión -) donde he visitado unas cuantas islas y entre ellas 4 países nuevos: Grenada (la mejor de todas), Barbados, Saint Vincent and the Grenadines y Venezuela (Isla Margarita). En total ya llevo 47.

Grenada
Grenada

También he visitado Aruba y Curaçao, que pertenecen a las Antillas Holandesas y una interesantísima excursión a Mayreau, una de las islas que conforman el archipiélago de Saint Vincent and the Grenadines con un único pueblo con menos de 200 personas.

Yo en Mayreau
Yo en Mayreau

Great Game Travel

Leyendo hoy, de vuelta a casa, un suplemento dominical (en papel !!!) me he topado con un interesante artículo de gente que viaja por turismo a Afghanistan a través de una agencia llamada Great Game Travel, con sede central en Kabul. Me ha dado mucho que pensar… aun más cuando uno de mis deseos es visitar el Minarete de Jam.

Me ha encantado saber que hay un montón de cosas que hacer y que ver en ese olvidado país. Lógicamente las rutas que se organizan pertenecen a las zonas más pacíficas de Afghanistan aunque siempre hay que ir con un poco de escolta bien armada.

En la foto de abajo, la zona de los lagos de Band-i-amir.

Band-i-amir

Subida a la Peña Montañesa

El próximo 29 de Junio de 2008, el Club Athlético Sobrarbe organiza la 3a Carrera de Montaña a la Peña Montañesa. El circuito tiene algo más de 23km con un desnivel positivo acumulado de 1589 metros.

La Peña Montañesa desde la huerta de Guaso
La Peña Montañesa desde la huerta de Guaso

Como mínimo José Luis ya ha confirmado su asistencia (y por supuesto yo !!!) y con un poco de suerte, Jordi también se apuntará. En este video está la crónica de la subida del 2007, que es realmente impresionante, como nos contaba Javifields en este post en septiembre pasado.

Detalle de la cima de la Peña Montañesa
Detalle de la cima de la Peña Montañesa

Aunque parezca una cima no muy alta, su altitud es de 2.295 metros.

Amanecer en el Valle del Draa

No pases la noche en Zagora. Haz el viaje por tu cuenta, sin guías turísticos y sin autocares y lleva contigo una tienda de campaña y un saco de dormir. En nuestro caso, encontramos un extraño lugar donde un solitario hombre nos permitió pasar la noche en una especie de balcón natural al rio Draa.

Amanecer en el Valle del Draa
Amanecer en el Valle del Draa

El río Draa nace de los uadis Dades y Uarzazat, que a su vez tienen sus fuentes en el Alto Atlas. Se abre paso entre los montes Saghro y Siroua, en el macizo del Anti Atlas, hasta perforar el cañón de Kheneg Taghia, a la salida del cual, y tras la ciudad de Agdz, empieza el valle del Draa propiamente dicho, que durante 200 kilómetros constituye un oasis ininterrumpido de verdor, contrastando poderosamente con las resecas y rojizas montañas circundantes. Se trata de una larga y hermosísima sucesión de palmerales y de huertos cultivados, que están jalonados cada cierto tiempo por un buen número de impresionantes ksur construidos en adobe. Entre estas poblaciones destacan la moderna Zagora y la apartada Mhamid, la ‘puerta del desierto’. Lo corrobora un cartel instalado donde el asfalto de la carretera se interrumpe para dar paso a las dunas: ‘A Tombuctú, 52 días en camello’.

Defendidos por murallas, estos pueblos fortificados se elevan a orillas del desierto formando aglomeraciones de distinta importancia, y de muy original urbanización, con viviendas dispuestas en terrazas, decoradas con arcadas y balaustres, y punteadas por esbeltas torretas con almenas. Los ksur del Draa fueron construidos para defenderse de los invasores, pero su arquitectura alcanza cotas insuperables de belleza, en las proporciones de sus masas y vanos, la pureza de líneas y los juegos de luz y sombra de sus muros de adobe.

Los habitantes del valle del Draa son sedentarios pero han sentido la influencia de los nómadas del sur marroquí. La población está compuesta por árabes y bereberes de diversa procedencia, a menudo mestizados con gentes de razas de piel más oscura originarias del sur, quizá descendientes de esclavos traídos de Sudán o Etiopía, y se estima que su número llega a alcanzar los 80.000 habitantes. Existen también pequeñas comunidades de judíos en las ‘mellahs’ (o juderías) de algunos pueblos.

La vida de estas poblaciones depende totalmente de las aguas con que el Draa irriga este inmenso oasis longitudinal. El cultivo predominante en sus riberas son las palmeras, productoras de dátiles de la apreciada variedad ‘boufeggous’. Se cosechan asimismo cereales, legumbres y alheña (o henna). En el palmeral crecen además diversos árboles frutales, tamarindos, laureles y los primeros ejemplares de acacias que anuncian el gran sur de África.