En un nuevo día de épica, el sábado pasado, Pol, mi hermano y yo ascendimos a Navaín desde Ascaso con unos tiempos bastantes dignos: 1h 51′ para subir y 58′ para bajar.
Además de estar un poco en forma, es muy importante ir bien calzado con buen agarre en la suela porque algunos trozos con fuerte pendiente tienen bastante piedra suelta sobre roca dura.
Pol, Xavi y yo en lo alto de Nabaín con el Monte Perdido de fondo
En la foto, a Pol y a mi no se nos ve muy bien la cara por culpa de la sombra de nuestras gorras pero se nos intuye que somos nosotros. De fondo, justo a la derecha de la cabeza de Pol, magestuoso, se alza el Monte Perdido de 3.355 m.
Esta ha sido mi segunda ascensión a Navaín (1.790 m) en menos de un mes.
Esta tarde, Pol se ha topado a las afueras de Ainsa (Huesca), concretamente en la pista que lleva a Santa María de Buil, con una Mantis Enana Europea hembra, conocida en Francia como Mantis de Etruria.
Su nombre técnico es Ameles Spallanziana y fue catalogada en 1792. También se la conoce como Santateresa Enana en España y aunque parece que es bastante común, nunca nos habíamos topado con una antes.
Santateresa Enana (Ameles Spallanziana)
El pobre bicho estaba tranquilamente cruzando la pista así que le hemos hecho unas fotos y hemos dejado que continuara su camino. Se movía con bastante velocidad para lo pequeña que era, unos dos centímetros más o menos.
Se acabaron las vacaciones. En esta ocasión Pol, Blanca y yo hemos recorrido casi 3.000 kms en coche haciendo un pequeño recorrido por Europa atravesando 8 países:
Día 1 – De Barcelona a Génova: Embarcamos el coche en un ferry de la compañía GNV que nos llevó al Puerto de Génova en Italia. Salimos a las 9 de la mañana del Puerto de Barcelona y 24 horas después ya estábamos en Italia. Consejo: No contrates la pensión completa del buque.
Pol y Blanca mirando la luna llena mientras atraviesan el Mediterráneo
Día 2 – Dormir al norte de Milán: Después de visitar Varese, llegamos a nuestra destinación en Italia, el Camping Trelago, junto al Lago de Ghirla y… aquí empezaron los problemas. Una hora y media para montar la tienda de campaña. Eso sí, el sitio precioso.
Después de una hora y media terminé de montar la tienda de campaña
Día 3 – En el Camping Trelago: Estuve todo el día arrastrándome como un gusano porque algo me había sentado mal, muy mal. Pol y Blanca, mientras tanto, campaban a sus anchas por el camping recogiendo palos para construirse cabañas. No fue hasta la tarde que tuve ánimos para levantarme y hacer algo.
Día 4 – Hacia Darmstat: Después de unos pequeños problemas con el coche, nos fuimos a Suiza, donde comimos y después de cruzar a Austria, entramos en Liechtenstein y desde ahí encaramos dirección norte a Darmstat, en Alemania, donde pasamos la noche. El turno de ponerse malo fue para Pol.
Día 5 – Acercándonos a Luxemburgo. En el quinto día íbamos a dormir en Baustert, junto a la frontera de Luxemburgo y después de esperar unas horas a que Pol se pusiera bueno (tenía lo mismo que yo el día anterior), continúamos con el coche atravesando pequeños pueblos alemanes en mitad de bosques hasta nuestro destino.
Las vistas que teníamos en Baustert cuando salíamos de nuestra casita
Día 6 – De Visita por Luxemburgo. Después de visitar Vianden y su fantástico Castillo en Luxemburgo, comimos en Diekirch y continúamos la ruta hasta Fleurey-lès-Lavoncourt, ya en Francia, donde pasamos la noche en una magnífica casa en mitad de un pueblo rural francés, rodeado de un jardín y una pequeña piscina donde Pol y Blanca se lo pasaron pipa.
Blanca haciendo carotas al cruzar la frontera de Luxemburgo
Día 7 – Atravesando Francia. Después de casi 6 horas de coche atravesando el centro de Francia llegamos hasta Le Village des Monédières, un bonito camping de cabañas en mitad de una zona preciosa de pequeños pueblos medievales como Treignac.
Día 8 – Visitando pueblecitos. Hoy tocaba jornada de descando y la dedicamos a la piscina, siesta, paseos por los bosques y a visitar pueblecitos. La noche la volvimos a pasar en el mismo sitio.
Treignac
Día 9 – De vuelta a España. Tocaba volver a España pero no nos íbamos a ir directos a Barcelona… La siguiente parada era en Boltaña (Huesca) donde íbamos a pasar dos noches en la Casa Poliblanca. Nuevamente, tuvimos una ruta de unas 6 horas en la que atravesamos los Pirineos de norte a sur a través del Túnel de Bielsa.
Día 10 – Descansando en Boltaña. Dedicamos el día a ver a mis primos, ir a pescar, ir a la piscina de Ainsa y a jugar mucho.
Pol y Blanca de pesca en el rio Ara en Margudgued (Huesca)
Día 11 – Por fin en Barcelona. Nos levantamos tranquilamente, desayunamos, fuimos a dar un paseo al Castillo de Boltaña y después de comer ya en Cataluña llegamos a casa alrededor de las 5 de la tarde.
Y sí, han sido unas vacaciones un poco cansadas, sobretodo para mi que no he podido hacer muchas siestas porque me dediqué a conducir mientras Pol y Blanca utilizaban el tiempo después de las comidas para dar una cabezadas.
Pero hemos descubierto zonas muy interesantes y poco turísticas del centro de Europa, bosques increíbles, lagos y pequeños pueblos medievales. Todo muy recomendable.
Hace un par de semanas me metí por una carretera, justo saliendo de Morillo de Tou a mano derecha en dirección a Barbastro, con la indicación «Bruello». La verdad es que no me sonaba ni el nombre del pueblo pese a estar cerca de Ainsa y Margudgued.
Después de unos cuantos kilómetros, después de cruzar Bruello, a través de una pista sin asfaltar llegué a la pequeña iglesia (o ermita) de San Lino, a medio camino entre Buil y Ainsa, en mitad de la nada. Jamás había oído hablar de ella, ni siquiera de las pequeñas aldeas diseminadas que forman parte de la congregación (Sarrato, Sarratiás, Coronilla, Bruello y Pelegrín).
Iglesia de San Lino, en el Sobrarbe
Parece ser que la iglesia data del siglo XVII y junto a ella hay un pequeño cementerio que da servicio a las aldeas antes citadas.
Si estás un día sin saber que hacer por la zona, puedes acercarte y echar un vistazo a la iglesia y sus alrededores porque valen la pena.
Para llegar, lo mejor es que te anotes estas coordenadas porque ni siquiera aparece en Google Maps, aunque espero que pronto esté porque la he añadido como lugar nuevo a ver si me lo aceptan, que los de Google a veces son un poco tiquis miquis.
Este sábado, mi primo Toni y yo ascendimos al pico de Santa Marina, o más comunmente conocido como Nabaín (en Huesca), visible desde diferentes puntos del Sobrarbe y principalmente desde Boltaña, Margudgued, Sieste, Guaso o Jánovas.
La forma más fácil de subir es desde Ascaso, a 15 minutos en coche de Boltaña. A unos 200 metros antes de llegar al pueblo comienza un sendero bien señalizado a mano izquierda que nos conduce directamente a la cima.
Vistas del Valle del Ara durante la ascensión a Nabaín
En total, con un par de paradas, tardamos 2h 15′ en llegar arriba donde nos esperaba la Ermita de Santa Marina, una vieja construcción totalmente en ruinas donde antiguamente se veneraba a esta santa y a la que hoy en día aun se sigue subiendo en Romería.
Mi primo Toni ascendiendo a buen ritmo
Las vistas desde la cima son imponentes, sin ningún obstáculo visual con Monte Perdido al norte, y la Peña Montañesa al este. Aunque el pico no es excesivamente conocido ni su ascensión muy compleja, desde luego merece una visita porque se puede contemplar un panorama de los Pirineos muy inédito desde sus 1.800 metros de altitud.
El Monte Perdido desde Nabaín
Ruinas de la Ermita de Santa Marina
La bajada, sin ningún descanso y manteniendo el ritmo, la hice en algo menos de 1 hora.
Hace un par de meses estuve con mi hermano y Sara en Silves Alto (Huesca), un pequeño pueblo hasta hace bien poco despoblado y que hoy en día ha recuperado un par de casas. Está a unos 20 minutos de Boltaña y 25 de Margudgued y es realmente un lugar poco conocido incluso para los habitantes de la zona.
Silves Alto (Huesca)
Es tan desconocido que incluso Google Maps es incapaz de decirte como llegar. Las coordenadas exactas son estas y para llegar basta con tomar la carretera de Campodarbe (A-1604) desde Boltaña y 2 kms después de cruzar el Ara y antes de llegar al Puente de la Ferrera girar a mano derecha.
Silves Alto (Huesca)
Hace bien poco que han asfaltado la pista que subía hacia arriba y han puesto algunos carteles, por lo que ahora es muy fácil llegar ya que solo hay que seguir las indicaciones.
Silves Alto (Huesca)
Silves Alto se encuentra en lo alto de una colina a casi 1000 metros sobre el nivel del mar por lo que las vistas son bastante espectaculares con el Monte Perdido al fondo. Después de la visita, puedes aprovechar y bajar hasta Silves Bajo que está a unos 10-15 caminando a través de un pequeño sendero.
El 29 de abril de 1969 las aguas del Embalse de Mediano (en la provincia de Huesca a unos 20 minutos en coche de Margudgued) sumergieron al pueblo de Mediano en sus profundidades y dejaron el campanario de su iglesia como único testimonio de los casi 1000 años de historia (Mediano está documentado por primera vez en 1055).
Fue posteriormente en 1978 y 1979, cuando las aguas del embalse estaban bajas, que unas maniobras militares terminaron por destruir completamente las pocas casa que quedaban en pie después de casi 10 años sumergidas. Solo se salvo la iglesia del pueblo, que incluso cuando el embase alcanza su máxima capacidad, es posible ver su campanario.
El equipo expedicionario (Pol y Blanca) con el equipo de soporte de tierra (Jordi y Lidia)
Fue así que el 14 de junio del 2025 decidimos hacer una expedición hasta la iglesia de Mediano en nuestra lancha inflable a remos. La tripulación, estaba compuesta por Pol, Blanca y capitaneada por mi y zarpamos con más de 30ºC a las 11 de la mañana con el soporte logístico de mi primo Jordi y de Lidia.
La verdad es que fue una travesía bastante dura, especialmente para mi, porque entre el calor, la dificultad de coordinación de los remos y los más de 3 kilómetros estuve un par de días sin sentir los brazos.
Expedición en lancha inflable a la torre de la Iglesia de Mediano
Al final culminamos nuestro objetivo y volvimos la mar de contentos después de haber podido ver y tocar el campanario de la iglesia de Mediano.
Por si hay alguien interesado, aquí os dejo el recorrido que hicimos ya que lo grabamos en Garmin Connect. Es interesante para saber desde que punto salimos.
Al final, el otro día, no publiqué ninguna foto del puente colgante de Margudgued sobre el rio Ara así que aprovechando que el fin de semana estuve en Boltaña hice esta magnífica foto en un día radiante alrededor de la 10 de la mañana y desde el puente nuevo.
Puente colgante de Margudgued sobre el rio Ara
El caudal del Ara no está mal estos días gracias al comienzo del deshielo y a que ha estado lloviendo bastante en estos tres últimos meses. Los embalses están a tope y todo está muy verde. A ver como se nos viene el verano de lluvias y calor.