Margudgued en 2004

Continuando con la serie de fotografías antiguas de Margudgued, le toca el turno ahora al 2004, cuando comenzaron las obras de la urbanización que se construyó en los terrenos de la huerta de mis abuelos.

La casa de mis abuelos y Casa Gila en 2004

En esta primera fotografía tenemos Casa Gila a la izquierda y la casa de mis abuelos, Casa Sampietro, a la derecha. Ya en el 2004, se había elevado el tejado para que fuera habitable la última planta. Cuando mi abuela vivía e íbamos en verano a Margudgued, era siempre toda una experiencia subir a la «falsa», que era ese espacio que había entre la última planta y el tejado y que se destinaba a trastero y en el que habían mil cosas.

También en el 2004, se había puesto la baranda blanca en la terraza donde inicialmente no había nada y era símplemente el tejado del gallinero que se había hecho muchas décadas antes como un añadido de la casa principal.

Casa Sampietro en 2004

En esta fotografía tenemos ya la casa de mis abuelos en primer plano a la que ya se le ha derribado el establo y la nave donde se guardaban las pacas de paja y los tractores. El Hyundai Santa Fe verde era el coche que tenia yo ese año y el Ford Fiesta el de mi padre, que ya se había jubilado.

Casa Sampietro y los terrenos de la huerta en 2004

Vemos en la foto anterior una vista más extendida de los terrenos donde estaba la huerta de Casa Sampietro justo antes de comenzar la construcción de la urbanización actual. El montón de piedras es lo que quedó del derribo del establo y que se trasladaron al centro de la huerta para dejar espacio para comenzar las primeras obras.

Inicio de las obras de la urbanización en Margudgued

Las obras de los primeros apartamentos ya se han iniciado en esta fotografía. Se han ubicado en el antiguo establo de la casa de mis abuelos.

Casa Gila y la antigua huerta de Casa Sampietro en Margudgued

En esta última fotografía tenemos Casa Gila al fondo a la derecha con los terrenos que ocupaba la huerta de Casa Sampietro con la valla original que limitaba con el camino de San Antón.

Margudgued en 1989

He recuperado algunas fotografías de Margurgued de 1989, cuando aun no había ni Internet ni fotografía digital y las he escaneado.

Mi hermano y Juan Antonio en Margudgued

En esta primera foto, tenemos a mi hermano Xavi y a Juan Antonio de casa Gila en la puerta de Casa Sampietro escuchando música en un walkman, esos aparatos que iban con cintas de casette. Los veranos siempre fueron super calurosos en el pueblo.

Cruz de término de Margudgued

Pues aquí era donde terminaba y termina aun hoy en dia el pueblo. La cruz de término no ha cambiado mucho pero si el asfaltado de la calle y las construcciones que la rodean. La cabaña de la foto era una pequeña choza anexa a las cuadras de Casa Sampietro que fueron demolidas para construir los apartamentos actuales.

Calle principal de Margudgued en 1989

En la imagen de arriba tenemos la calle principal de Margudgued. No ha cambiado mucho en 35 años, la verdad, a no ser por las cuadras de la izquierda que fueron sustituidas por apartamentos.

Ángela Garcés Cambra en Margudgued

No es muy buena la fotografía pero suficiente para identificar a mi abuela, Ángela Garcés, que fue la última moradora de Casa Sampietro en Margudgued antes de que se viniera con nosotros a Barcelona cuando su salud se puso complicada. El coche del fondo es el taxi de mi padre.

Casa Sampietro y Casa Gila en Margudgued – 1989

Esta fotografía es una de mis preferidas pese al mal enfoque y el agujero que tenía el negativo. Es una buena perspectiva de Casa Gila y Casa Sampietro, junto a la nave donde mis abuelos guardaban las pacas de paja y el tractor. Mucho antes, todo ese espacio que se ve estaba cubierto por huerta pero en los últimos años era donde las ovejas salían a pasear.

En la foto también se aprecia la gran parra que teníamos en el patio de casa y la majestuosa Peña Montañesa al fondo.

La antigua huerta de Casa Sampietro desde el patio de la casa

Asi de grande era el espacio donde hoy en día se alzan los chalets y el parque para niños en Margudgued. La construcción del fondo es donde actualmente tenemos el Bar El Pajar. A la derecha tenemos el viejo «Camino de Sant Antón».

Todas las fotografías las hice yo personalmente cuando tenía 18 años en el verano de 1989.

Como llegar al Cuello de Burgasé

El Cuello de Burgasé, en el Pirineo de Huesca, es uno de esos lugares a los que tienes que ir al menos una vez en la vida: belleza, soledad y épica.

Pero no es fácil llegar. Sistemáticamente me equivoco cada vez que pretendo ir y este fin de semana tuve que dejar el coche a más de 1 km porque el camino estaba impracticable.

Prados en el Cuello de Burgasé ayer

Si quieres ir, no te fíes del GPS, utiliza un coche alto (al menos 22 cms de distancia libre al suelo) y tracción en las cuatro ruedas. Ni se te ocurra ir sin tracción en caso de lluvia.

La mejor, y casi diría la única, forma de subir es pasando por Cájol y no por Burgasé. Circulando por la N-260 desde Boltaña, en cuanto pasemos el km 457, hay que girar a la derecha en el primer desvío que encontremos. Al menos te llevará una hora alcanzar la cima.

Si sigues el GPS, te llevará por Burgasé y a partir de ahí, el camino está lleno de árboles caídos, roderas profundas y mucha vegetación. Será una misión imposible.

Piumorcat (Pueyo de Morcat)

Aprovechando que llovía bastante el fin de semana, decidimos hacer un poco de exploración por la zona y nos aventuramos con el coche en dirección al Puerto de Serrablo desde Boltaña y un poquito antes de alcanzarlo nos desvíamos a la izquierda por una carretera, si se le puede dar ese nombre, hacia Pueyo de Morcat o Piumorcat, su nombre antiguo.

Después de unos 15 minutos, llegamos a un desolado pueblo con un par o tres de casas habitadas solamente en un paraje surcado por suaves colinas ultra verdes, prados, vacas y ovejas.

Pueyo de Morcat, Huesca

En el pueblo destaca la magestuosa iglesia del siglo XVII, hoy en estado ruinoso, y las antiguas casas con la arquitectura típica del Sobrarbe aragonés.

Pueyo de Morcat, municipio de Botaña

El pueblo está ubicado a unos 1.150 metros de altitud sobre el nivel del mar y se formó como un conglomerado de casas en torno a un pequeño castillo que se mantuvo en funcionamiento hasta el siglo XV.

Día de lluvia en Boltaña

El fin de semana pasado estuvimos en Boltaña y el sábado subimos casi hasta Murillo de Sampietro aunque nos dimos la vuelta cuando la lluvia se convirtió en el diluvio universal.

Cuando llegamos de vuelta al pueblo, así lucía el Barranco de San Martín, que habitualmente lleva un hilillo de agua solamente.

De nuevo en la Peña Montañesa

Pocas montañas existen tan icónicas en los Pirineos como la Peña Montañesa.

Sí, claro, tenemos el Monte Perdido y el Aneto y la Pica d’Estats y el Pedraforca pero de verdad que ninguna puede competir con la magestuosidad de la Peña Montañesa y su solitario entorno en el que es prácticamente imposible coincidir con alguien en su ascensión desde Laspuña subiendo por la Collada.

Una vez más, en los últimos días de agosto intentamos su ascensión con Pol (6 años) y Blanca (4 años) para ver hasta donde podíamos subir. Alcanzar los casi 2.300 metros de su pico es una tarea complicada pero algún día lo conseguiremos.

Pol y Blanca ascendiendo a la Peña Montañesa

En esta ocasión llegamos hasta los 1.725 metros de altitud según mi Garmin por lo que aun nos queda un poquito para intentar alcanzar la cima de forma seria. También es cierto que comenzamos a andar muuuuy tarde pasadas ya las 11 de la mañana.

Blanca subiendo a la Peña Montañesa

Aunque Pol estaba muy fuerte y hubiésemos podido llegar hasta arriba, Blanca iba un poco más justa de fuerzas y decidimos darnos la vuelta cuando alcanzamos un paso que requería un poco más de técnica y concentración.

La ruta completa y mapas puedes consultarlos en el Garmin Connect.

Pol y Blanca descendiendo la Peña Montañesa

La clave, como siempre para subir con niños, es venirse con el calzado adecuado tanto para ellos como para ti y traerse un buen desayuno para comerlo por el monte.

El grip en las zapatillas o botas de montaña es algo esencial, especialmente en el ascenso a la Peña Montañesa ya que las pendientes son muy pronunciadas. En mi caso, aun es mucho más importante que para Pol y Blanca ya que en pasos difíciles tengo que darles la mano no solo en estático sino también mientras yo estoy andando también y es esencial que tenga puntos de apoyo super-estables.

El Embalse de Mediano y Monclús

Este lunes andaba por Ainsa (en la provincia de Huesca) y entré a preguntar en la Oficina de Turismo del pueblo como podía llegar a Monclús y a las ruinas de su castillo. La chica joven que me atendía me miró raro, miró el mapa y me indicó como llegar a Morillo de Monclús. Cuando les dije que no, que quería ir al Monclús que fue abandonado hace unos cuantos cientos de años y que tenía un castillo, en las inmediaciones del actual Embalse de Mediano, me volvió a mirar raro. La chica joven preguntó entonces a la más veterana y me dijeron que sí, que existen las ruinas de un castillo junto a Mediano pero que no sabía como llegar.

Lo que si me dijeron era como aproximarme a la torre de la iglesia del viejo Mediano que está prácticamente sumergida en el embalse cuando el agua está alta. Dado que esta semana ese no era el caso y el agua estaba realmente baja, mi objetivo era acercarme lo máximo posible e identificar en la distancia las ruinas de Monclús.

Monclús jugó un importantísimo papel en la alta edad media en el Sobrarbe actual ya que albergó la judería más grande de la comarca con una situación estratégica desde un punto de vista geográfico y financiero (para más información leer Fam i Fe). Alrededor del 40% de la población era judía frente al 60% restante que era cristiana con alguna familia musulmana.

Sin embargo, es especialmente importante por lo acontecido el 3 de julio de 1320 cuando su judería fue atacada por los «pastorcillos», un numeroso grupo de unas 5.000 personas procedentes de Francia que buscaban extender la fe cristina entre judíos y musulmanes pero sobre todo cambiar el orden de instituciones y las jerarquías sociales que estaban llevando a la miseria y al hambre a miles de habitantes.

El resultado de dicho ataque fue el asesinato de unos 100 o 120 judíos de los 150 que había en ese momento y el inicio del declive de su judería hasta su total desaparición unos años más tarde.

Tomando la A-138 desde Ainsa en dirección a Barbastro, a unos pocos metros antes de llegar al pueblo de Mediano, hay una pequeña desviación, no indicada, que hay que tomar y detenerse cuando llegamos a la barrera de la Confederación Hidrográfica del Ebro. Desde allí caminando llegaremos a las ruinas del viejo Mediano, con su torre en mitad del agua.

A la entrada del camino hay un monolito y una placa que explica la matanza de Monclús hace 700 años.

Monolito en recuerdo de la matanza de Monclús en 1320

He leído ya en varias publicaciones que es bastante habitual la visita a este lugar de turistas judíos procedentes de Israel, razón por la cual la inscripción se muestra tambièn en inglés.

Panel informativo sobre la Aljama de Monclús junto al Embalse de Mediano

Una vez en las ruinas semi-sumergidas de Mediano, es muy visible el Tozal de Monclús de 707 metros de altitud donde se ubican las ruinas del Castillo de Monclús. Un poco más abajo es donde estaba situado el pueblo aunque me fue imposible ver nada.

Ruinas de Mediano en el Embalse de Mediano

En la siguiente imagen aparece el Tozal de Monclús justo a la izquierda de la torre de la iglesia de Mediano aunque no es posible ver ninguna ruina de su castillo desde este lado del embalse.

Torre de Mediano y el Tozal de Monclús

Dejo para otro día el acceder físicamente a las ruinas del castillo desde la carretera del Valle de la Fueva e intentar descubrir algún tipo de camino hasta las ruinas del pueblo.

La tumba de Casa Torres en Margudgued

Hace unos días hablaba sobre Pilar y Gerardo de Casa Torres en Margudgued y aprovechando que estoy terminando mis vacaciones en Boltaña, el otro día fuimos a visitar el cementerio con mis hijos y me encontré con su tumba, apellidos y años de fallecimiento.

La última morada de Pilar y Gerardo es un simple nicho con una pequeña placa en marmol que ni siquiera ocupa toda la superficie del frontal, acompañada por unas flores secas en una botella de agua de plástico y protegida por una piedra en el Cementerio de Margudugued.

Pilar y Gerardo compartían los dos apellidos, «Lanau Menac», ya que el padre de Gerardo nunca reconoció a su hijo.