Hoy, por fin, ha llegado el día en que mis hijos se han reencontrado con mis padres, o sea sus abuelos paternos.
Se fueron hace ya tiempo, antes incluso de que Blanca naciera y mi padre solamente conoció a Pol durante su primer mes de vida. Y aunque es verdad que en alguna ocasión hemos ido a visitarlos, no se mostraron nunca demasiado habladores y ni siquiera visibles.
Así que hoy, después de un rato hablando con mis padres y mis hijos, he podido reunirlos en una sola foto que hemos enmarcado y hemos colgado en casa para que se recuerden mutuamente.
Ya se que el encuadre no es perfecto, pero lo importante es el contenido, no el continente. No imaginais lo complicado que ha sido que sonrieran todos y que salieran con buena luz.