La Borda Ignasia

Estuvimos con unos amigos hace unas semanas en Tirvia, en el Pallars Sovirà, un lugar idílico rodeado de montañas y rios a 3 horas y media de Barcelona al que vale la pena ir si quieres pasar unos días en los Pirineos.

Uno de los mejores momentos del fin de semana fue la comida en la Borda Ignasia, un pequeño restaurante al final de una larga pista forestal en la que se hace imprescindible tener un coche un poco alto y algo de paciencia para llegar.

La entrada de la Borda Ignasia

El restaurante está ubicado en un antiguo corral (borda) por lo que tiene su encanto natural.

El interior de la Borda Ignasia con Pol y Blanca al fondo

Después de la comida puedes aprovechar para darte un baño en el rio que pasa junto al restaurante, siempre y cuando no seas demasiado friolero.

La Noguera Pallaresa a su paso por la Borda Ignasia con nosotros en el rio

Para llegar al restaurante basta seguir las indicaciones de Google Maps ubicando este punto. Desde barcelona, hay casi 4 horas pero insisto en que vale la pena.

Jardín Botánico Histórico de Barcelona

Hace unas semanas estuve, casi por casualidad, en el Jardín Botánico Histórico de Barcelona y me pareció espectacular, incluso mucho mejor que su versión más moderna junto al Estadio Olímpico.

El Jardín en su parte más baja

La entrada al jardín se realiza por detrás del MNAC por lo que se puede dejar el coche prácticamente en la puerta si decides no hacerlo a pie. Es un lugar genial para niños porque al final del recorrido hay un gran prado donde Pol y Blanca se lo pasarón de maravilla corriendo y tirándose por la hierba.

Prado del Jardín Botánico Histórico de Barcelona con Pol y Blanca

El jardín fue creado en 1930 en las hondonadas de las antiguas pedreras de la Foixarda y alberga los árboles más antiguos de la ciudad de Barcelona.

Mi Ligamento Cruzado Posterior

El 8 de marzo pasado mientras iba en bicicleta me caí al intentar frenar en un semáforo en rojo y me rompí el ligamento cruzado posterior de la pierna izquierda. Mientras el médico decide si me opera o no, llevo puesta una férula de rodilla que me da calor, me aprieta y me limita el movimiento. No puedo correr, ni saltar ni hacer muchas de las cosas que hacía antes.

La buena noticia es que sí puedo nadar o sea que he empezado a entrenar para la marnatón de Cadaqués de 2,5 kms que me regaló mi hermano.

Principio 1: Ser amable con la vida

Ahora que tengo niños y que siento y pienso muchas cosas por primera vez, tengo claro que el mayor regalo que puedo darles es asentar sólidos principios para que les acompañen durante toda su vida. No creo que haya nada más importante que pueda darles; ni bienes ni conocimientos ni experiencia porque unos buenos principios pueden hacerlos autosuficientes para adquirir los tres, para rehacerse ante problemas y para cambiar sus vidas cuantas veces quieran.

Uno de esos principios es la amabilidad con la vida: dar sin esperar nada a cambio bajo la premisa de que si toda la humanidad hiciera lo mismo seríamos capaces de tener un mundo mejor. A nivel práctico esto es lo que significa:

      • Reciclar. Adquirir el hábito de reciclar cada día separando la basura que generamos y depositándola en el contenedor correspondiente.
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      • No ensuciar la ciudad o el bosque. No tirar porquería al suelo y si se nos cae algo recogerlo y echarlo en una papelera o contenedor.
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      • No desperdiciar recursos. No malgastar el agua y la electricidad, no tirar comida, no dejarse nada en el plato, no comprar cosas que luego no utilizas,…
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      • Ayudar a otros. Hay mil formas de ayudar desinteresadamente a otros. Por ejemplo, ayudar a cruzar la calle a un ciego, ayudar a un viejecito a llevarle la bolsa de la compra, contribuir para una ONG,…
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      • Pagar impuestos. Aunque hay mil opciones y tentaciones para defraudar a Hacienda, es importante no hacerlo y pagar lo que debemos aunque otros no lo hagan: pagar y cobrar IVAs en tus servicios, declarar bienes en el extrangero, renunciar a ingeniería fiscal ilícita,…
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      • No matar animales por diversión. No estoy hablando de ser vegano o vegetariano sino de no andar por ahí matando arañas y hormigas. De no fomentar los toros, de no maltratar perros y gatos y de ayudar a cualquier animal que pueda necesitarnos.

De hecho, creo que este es el principio que está más íntimamente conectado con nuestra felicidad.

Tercer Sonet de Pasqua

Hoy, como ya viene siendo tradición, mi hermano Xavi le ha leído a Pol, su ahijado, el Soneto de Pascua. Este es el momento histórico de su lectura.

Xavi Sampietro recitando el Tercer Soneto de Pascua a Pol

Esperamos ya ansiosos la próxima pascua.

Peña del Moro

Esta mañana he estado con Pol y Blanca en la Peña del Moro, un pequeño pico de 277 metros en el Collserola, en el término municipal de Sant Just Desvern, desde el que hay una panorámica magnífica del Baix Llobregat y a la que se puede acceder de forma muy fácil, incluso con carrito de bebé (el de Blanca).

Pol y Blanca en la Penya del Moro

En la cumbre se encuentran las ruinas de un poblado ibérico del siglo VI antes de Cristo y de una torre de vigilancia perteneciente a un antiguo castillo del siglo X que formaba de una red más extensa de torres de las mismas características.

Restos del Castillo en la Penya del Moro

La forma más fácil de llegar es dejando el coche en el Carrer Til.lers de Sant Just y seguir las indicaciones hasta la Penya del Moro. Son unos 20 minutos caminando cuesta arriba con los últimos 100 metros de escalones. Si vas con carrito de bebé, tienes que dejarlo justo antes de esos escalones.

Vistas desde la Penya del Moro

Los restos del poblado íbero son bastante imponentes y algunas de las piezas que se encontraron durante las excavaciones hace 20 años se encuentran en varios museos, siendo el hallazgo más remarcable una placa de plomo con inscripciones íberas que está en el Museo de Arqueología de Catalunya.

En busca de mi Ikigai

«Ikigai» es un término japonés que significa algo así como «un motivo para existir y ser» y es la palabra más utilizada por los centenarios japoneses cuando se les pregunta sobre porqué se levantan todas las mañanas.

Se basa en cuatro conceptos principales que son (1) lo que amas, (2) en lo que eres bueno, (3) aquello que haces y por lo que alguien está dispuesto a pagar y (4) lo que el mundo necesita. Solamente a través del balance de estas cuatro variables se consigue la plenitud del Ikigai.

Probablemente, la más controvertida es la número 3 (aquello que haces y por lo que alguien está dispuesto a pagar) pero como ya decía hace unos años, resulta difícil ser feliz si no tienes dinero.

Las cuatro variables del Ikigai y las consecuencias de no estar en el centro

En el gráfico de arriba se muestran cláramente las consecuencias de no estar en el centro del perfecto balance entre las cuatro variables: inutilidad, tristeza, pobreza y mediocridad. Si te quedas fuera de los cuatro círculos principales entonces es que lo tienes todo pero dudo mucho que realmente haya alguien en el mundo que no pueda encontrar ninguna de las cuatro variables en él.

En el libro «Ikigai: Los secretos de Japón para una vida larga y feliz» hay cuatro preguntas para iniciarse en esa búsqueda del Ikigai y que voy a intentar autoresponderme:

      • ¿Cual es mi elemento natural? Me siento cómodo delante del ordenador, solo, durante horas pero también con gente pero sobretodo viajando y descubriendo cosas y lugares nuevos todos los días.
    •  
      • ¿Con qué actividades se me pasa el tiempo volando? Estudiando la genealogía de mi familia, escaneando documentos antiguos, corriendo o yendo en bicicleta, comiendo, creando cosas nuevas, estudiando  en profundidad temas que me apasionan, subiendo picos (no muy altos) y enseñando o explicando cosas a otros.
    •  
      • ¿Qué me resulta fácil hacer? Hablar en público, estar y hablar con gente, estar concentrado en algo concreto y que me guste durante muchas horas seguidas, resolver problemas y estar bien conmigo mismo en situaciones tristes o de stress.
    •  
      • ¿Qué me gustaba cuando era niño? Coleccionar sellos y monedas, hablar por mi emisora de radioaficionado, leer y escribir, dibujar planos inventados, pescar en el río, estar en la naturaleza, ir a buscar mejillones y almejas al mar, ir a por setas a la montaña, pasarme horas creando construcciones con el Exin Castillos y jugar a «policías y ladrones». Tengo bastantes cosas más pero sería muy largo…

En cierta forma, la búsqueda del Ikigai japonés me ha recordado al Hygge danés aunque tienen pocos puntos en común lo que me hace pensar que combinarlos podría ser una buena opción.

Google Site Kit

Hoy definitivamente he desinstalado MonsterInsights de mi blog en WordPress y lo he cambiado por Google Site Kit. Las razones principales han sido que MonsterInsights no me ha impresionado nada y muchas de sus funcionalidades eran de pago.

La verdad es que Google Site Kit funciona muy bien y se configura rápidamente permitiendo conectar con Analytics, Search Console, Page SpeedInsights, Adsense, Optimize y Tag Manager. Además el plugin es original de Google con lo que te olvidas de licencias y problemas de compatibilidades.