Esqueletos Enfermos

Esta mañana he estado en la exposición temporal «Esqueletos Enfermos» en el Museu Egipci de Barcelona. Volvía al museo por segundo vez, atraído especificamente por esta exposición que descubrí hace unos días en El Períodico (y hoy en El País) y en la que tenía depositadas grandes expectativas.

La exposición, fascinante, no ha defraudado y merece sin duda una visita concienzuda a las 136 piezas que se exhiben en el sótano del Museo Egipcio de Barcelona.

En la siguiente fotografía, por ejemplo, este craneo del siglo XIX pertenece a un hombre que murió afectado por sífilis dónde se puede observar el deteríodo que la enfermedad había producido en los huesos.

esqueletos_enfermos_01

El siguiente cráneo perteneciente a la era neolítica y encontrado en las Minas Neolíticas de Can Tintorer en Gavà, muestra dos importantes incisiones que no son otra cosa que trepanaciones voluntarias con la intención de curar alguna enfermedad y en la que el individuo sobrevivió.

expo-esquelets-obres-03

El hueso sacro de la imagen de abajo perteneció a un hombre de edad mediana que vivió en Mongolia durante los siglos VI o V antes de Cristo. Por esas épocas no debería ser muy fácil vivir y en este caso la muerte del individuo se produjo probablemente por una herida de hacha o espada frontal o lateral que le corto parte del hueso.

esqueletos_enfermos_04

La entrada al museo cuesta 11 euros e incluye la visita al fondo permanante del museo y a otra exposición temporal sobre sarcófagos.

Lo Peor de la Crisis

Lo peor de la crisis no sería un corralito mundial sino que nos dejasen sin Internet. Y eso puede pasar.

Hace 15 años cuando estaba más activo que nunca como radioaficionado, hacíamos una cosa que se llamaba Packet Radio, que era una especie de red digital de datos entre estaciones de aficionado que no requería de ninguna infrastructura pública ni cableada y que trabajaba a 144 MHz o 432 MHz. Quizás debería comenzar a desenpolvar mi vieja TNC, conectarla al PC e inventar la «Internet Generation Crisis».

Una Nueva Forma de Colapso del Universo

¿ Que pasaría si hacemos descender la temperatura de una pelota de golf a 274ºC bajo cero ?

El primer efecto más inmediato tras superar el cero absoluto (-273’15 ºC), y con el permiso del Condensado de Bose-Einstein, es que los electrones de los átomos que componen la pelota dejan de moverse alrededor del núcleo y caen hacia su centro, haciendo disminuir el volumen del cuerpo enfriado hasta hacerlo prácticamente invisible y por tanto aumentando su densidad hasta valores astronómicos tendentes a infinito. Aplicando la Ley de Gravitación universal, cualquier partícula a su alrededor, por ejemplo de polvo, se vería atraida hacia la pelota de golf, teniendo en cuenta que la distancia entre los dos centros de gravedad sería prácticamente cero (considerese que si tenemos la pelota de golf a -274ºC, la mota de polvo, a su lado, también).

De esta forma, y a medida que motas de polvo o átomos gaseosos de nitrógeno o moléculas de CO2 o de cualquier gas a su alrededor se precipitasen hacia la pelota de golf, la fuerza de atracción de la masa se iría incrementando exponencialmente con toda la «basura» que fuera absorbiendo, comiéndose cada vez más y más materia.

Iterando varias miles de veces este proceso, cualquier cosa alrededor de la pelota de golf se iría precipitando hacia ésta, iniciándose la producción de un socavón producido por la absorción del suelo y su posterior conversión a volumen cero. La pelota de golf caería hacia el centro de la Tierra y absorbería completamente todo el planeta, sus ocupantes y atmósfera.

Imaginemos la masa del planeta Tierra reducida a volumen prácticamente cero y lo poco que duraría la Luna a su alrededor. Comenzarian también a caer todos los planetas del Sistema Solar y quizás desde alguna lejana galaxia, algún astrónomo extraterrestre nos señalase diciendo «acabo de descubrir un pequeño agujero negro».

Alfa Centauri no tardaría mucho en ser tragada por el agujero negro, y poco a poco, cualquier partícula de la galaxia y del universo y del cosmos propio sería absorbida.

Por último, cualquier resquicio de luz sería atraído dejando el espacio interestelar completamente vacío de fotones y matería. Incluso los conceptos de tiempo y volumen dejarían de tener sentido hasta que el proceso volviera a revertirse.

Factores de Producción del Cansancio

Después de analizar porqué algunos días termino la jornada cansado y otros no, he llegado a la conclusión de que existen unos pocos factores claves que intervienen de forma fundamental en el grado de cansancio después de un día de trabajo en la oficina.

Asumo, por supuesto, que te encuentras en una buena forma física, y que no te ves afectado por tareas físicas normales tales como subir o bajar escaleras o andar.

Los factores, por orden de importancia, son:

  • Hidratación. Una mala hidratación del cuerpo incrementa la sensación de agotamiento. Una persona que no bebe agua o que lo hace de forma insuficiente se cansa más que otras.
  • Ruido de fondo.El ruido de fondo produce fatiga. El ruido no tiene porqué tener un volumen elevado, basta con que sea muy entrópico. Por eso, uno se cansa yendo a trabajar en transporte público o volando en avión.
  • Hablar. Cuanto más hablas, más te cansas. Hablar cansa y no hay nada mejor que estar callado durante todo el día para llegar a casa en plenitud de fuerzas.
  • Concentración. La concentración permanente también agota. Ésta puede deberse a que no hemos levantado la cabeza del ordenador en todo el día, a una reunión tensa, hablar y escuchar en un idioma que no es el nuestro o símplemente tener que encontrarnos con una persona que nos «intimida».
  • Calzado y Ropa. El cuerpo necesita respirar y si no lo hace, aparece el cansancio. Uno de los puntos de respiración más importantes son los pies. Trabajar en zapatillas (de estar por casa) y sin corbata puede ser una buena fórmula.

Es decir, que si las empresas se esforzasen un poco en el control de estos factores, los trabajadores serían más productivos. Algunas ideas en el siguiente post.

6 Grados de Separación

Las redes sociales-profesionales como Xing y Linkedin, entre otras, utilizan una curiosa y asombrosa teoría llamada «Seis grados de separación» que explica que cualquiera en la Tierra puede estar conectado a cualquier otra persona en el planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cuatro intermediarios. La teoría fue inicialmente propuesta en 1929 por Frigyes Karinthy en una corta historia llamada Chains. El concepto está basado en la idea de que el número de conocidos crece exponencialmente con el número de enlaces en la cadena, y sólo un pequeño número de enlaces son necesarios para que el conjunto de conocidos se convierta en la población humana entera.Investigando un poco en Wikipedia, he descubierto que en la década de los 50, Ithiel de Sola Pool y Manfred Kochen se propusieron demostrar la teoría matemáticamente. Aunque eran capaces de enunciar la cuestión «dado un conjunto de N personas, ¿cual es la probabilidad de que cada miembro de estos N estén conectados con otro miembro vía k1, k2, k3, … , kn enlaces?», después de 20 años desistieron y no fue nuevamente hasta 1967 cuando el psicólogo Stanley Milgram ideó una nueva manera de probar la teoría, que él llamó «el problema del pequeño mundo». Al azar seleccionó varias personas del medio oeste estadounidense para que enviaran tarjetas postales a un extraño situado en Massachusetts, situado a varios miles de kms de distancia. Los remitentes conocían el nombre del destinatario, su ocupación y su localización aproximada. Se les indicó que enviaran el paquete a una persona que ellos conocieran directamente y que pensaran que fuera la que más probabilidades tendría, de todos sus amigos, de conocer directamente al destinatario. Esta persona tendría que hacer lo mismo y así sucesivamente hasta que el paquete fuera entregado personalmente a su destinatario final.

Aunque los participantes esperaban que la cadena incluyera al menos cientos de intermediarios, la entrega de cada paquete solamente llevó, como promedio, entre cinco y siete intermediarios. Los descubrimientos de Milgram fueron publicados en «Psychology Today» e inspiraron la frase seis grados de separación. Sin embargo, los descubrimientos de Milgram fueron criticados porque éstos estaban basados en el número de paquetes que alcanzaron el destinatario pretendido, que fueron sólo alrededor de un tercio del total de paquetes enviados. Además, muchos reclamaron que el experimento de Milgram era parcial en favor del éxito de la entrega de los paquetes seleccionando sus participantes de una lista de gente probablemente con ingresos por encima de lo normal, y por tanto no representativo de la persona media.