Las 8 Claves para ser feliz en el trabajo

Pasamos un tercio de nuestra vida en el trabajo y ser feliz en él es básico para asegurar una vida plena. Algunas claves para conseguirlo son las siguientes:

1. Lista de objetivos. De todos es sabido que el trabajo en vano conduce a la melancolía por lo que es imprescindible que establezcamos clara y concisamente los objetivos que queremos lograr a corto y medio plazo. Dichos objetivos tienen que ser alcanzables y medibles y debemos luchar para conseguirlos. De hecho, deberíamos tener nuestra lista de objetivos laborales semanales, mensuales y anuales: llegar a una cifra de ventas, lograr aprender algo, conseguir un ascenso, terminar una tarea tediosa…

2. Controla lo que sucede. Todo lo que sucede depende de ti, por lo que no le eches la culpa ni a tu jefe ni a tus compañeros ni a tus colaboradores. Tienes que tener el control, conocer todas la variables que inciden en tu trabajo, planificar las tareas, tener a mano los documentos clave y saber antes que nadie qué sucederá mañana. Prepara las reuniones y evita sorpresas: no te excuses y asegúrate de que no te pillen desprevenido. Probablemente uno de los factores que producen más infelicidad en el trabajo es la sensación de descontrol cuando te asignan muchas tareas y responsabilidades y pesa sobre ti la sensación de que no las estás controlando.

3. Crea equipo y pásatelo bien. Rodéate de un buen equipo, de un buen jefe, de buenos compañeros, sé leal, ayúdalos, sé generoso y eso repercutirá en tu trabajo. Siéntete parte de un proyecto grande y vívelo: la sensación de pertenencia a un grupo que lucha unido por un objetivo es impagable. Comunícate de forma abierta, no ocultes información, sé transparente, comparte cafés y comidas. Todo lo que des volverá a ti.

4. Aprende cada día. Esfuérzate por aprender cada día, absorbe todas las experiencias del día, observa a los clientes, lee el periódico, analiza el porqué de las decisiones de tu jefe (y de los políticos en el periódico). Si no evolucionas y si continúas haciendo el mismo trabajo toda tu vida, nunca te van a subir el sueldo. El día que dejes de aprender, deja la compañía. Hazlo de forma silenciosa y tranquila.

5. Toma decisiones, actúa. No pienses tanto ni le des mil vueltas a todo. Olvídate de grandes estudios y actúa: no tengas miedo a tomar decisiones ni a equivocarte. En situaciones complicadas no te pares, decide y muévete con rapidez aunque no estés completamente seguro de si lo que estás haciendo es la mejor solución; seguro que será mejor hacer algo que no hacerlo. ¿Qué puede pasar si te equivocas?, ¿de verdad será tan malo?

6. No te quejes. Deja de quejarte. Si no te gusta tu jefe, deja el trabajo. Si crees que cobras poco, esfuérzate por mejorar y aprender. Cómete los marrones en silencio; no hagas apología del sobre-esfuerzo que realizas: tanto si trabajas por la noche como si lo haces en fin de semana, súfrelo o disfrútalo en la soledad; no envíes correos nocturnos ni durante el fin de semana para demostrar que trabajas a todas horas. Quejarse de lo que te sucede es una debilidad del espíritu. Si no estás de acuerdo con tu salario, te has esforzado por mejorar y aprender y no tienes recompensa, deja tu trabajo pero, por favor, no te pases toda una vida llorando en la cafetera por lo incomprendido que te sientes.

7. Haz deporte. Si tu ritmo de trabajo es alto, tendrás que hacer deporte para soportar la presión y despejar tu cabeza. Puedes hacerlo al mediodía o por la tarde pero recuerda que tienes que sudar y cansarte hasta la extenuación. Si además practicas fondo (running, natación o ciclismo) estarás entrenando un montón de habilidades que podrás utilizar en tu trabajo diario: la resistencia, la perseverancia, el temple ante las situaciones límites…

8. Gana dinero. Si tienes más de 28 años, el romanticismo acabó y es hora de concentrarse en ganar dinero. Si no ganas dinero no serás feliz. Si no te sientes recompensado, no serás feliz. Si no puedes salir a cenar o irte de fin de semana, no serás feliz. Si sigues escrupulosamente los puntos anteriores muy probablemente serás mucho más efectivo en el trabajo, serás más valioso y tu valor (y salario) aumentarán.

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