Séate la Tierra Ligera

En 1997 visité Mérida (en Extremadura) y en el museo romano de la ciudad llamaron mi atención las muchas inscripciones lapidarias que se encontraron. La fórmula «Séate la Tierra Ligera» se repetía una y otra vez como por ejemplo:

«La más honesta entre las damas principales, Iulia Sotira, dulce amor, está oculta bajo este túmulo. La veneración hizo cuanto pudo para quien aún más merecía. Tu que lees esto, quien quiera que seas, dí: séate la tierra ligera.«

Unos años más tarde, deambulando entre cementerios en el Sobrarbe Aragonés me encontré con esta interesante inscripción en Latorrecilla, que me trajo a la cabeza lo leído en Mérida:

Recordatorio de Mosén Pedro Borderas en Latorrecilla
Recordatorio de Mosén Pedro Borderas en Latorrecilla

Hoy hace exactamente 146 años que murió.

Feliz Navidad

Aprovechando que estamos en Navidad y que en esta breve pausa matinal entre comida y comida no tenía nada que hacer, he publicado una nueva ciudad en «Los Lugares Clave del Planeta Tierra» de mi web: Jerusalén.

La capital de oriente y occidente es un lugar imprescindible, repleto de historia en cada uno de sus rincones y al que se debe ir inexcusablemente para dejar imbuirse por la esencia de todas las religiones, los más de 5000 años de historia y la mezcla de lo antiguo y moderno.

Estuve allí en 1998 en un viaje relámpago por motivos de trabajo pero volveré muchisimo más documentado y con mucho más tiempo (quizás deba ponerlo en La Lista de Deseos).

Los Deseos Incumplidos

Aunque con este título se podría esperar algún «discurso» metafísico-trascendental, la verdad es que símplemente he abierto este post para decir que me ha sido totalmente imposible seguir leyendo Freaknomics y que me he detenido en la página ciento y algo. El libro, pese a que tenía muchisimas recomendaciones, me ha parecido soso; básicamente los autores se sentaron delante de un ordenador, empezaron a buscar datos en el google, y comenzaron a trazar teorías propias de una sobremesa de navidad con mis padres y hermanos. En fin, un triste final para un libro que tenía en mi Lista de Deseos y que ahora he traspasado a La Lista de Deseos Incumplidos o Caducados.

Que hacer si estás enfermo

Este fin de semana largo, en el que no he podido ir a Italia como tenía previsto, por culpa de un catarro algo más fuerte de lo normal me he tenido que quedar encerrado en casa jugueteando compulsivamente con el ordenador. Entre otras cosas, me he instalado Ubuntu, una distribución de software libre de linux que me ha maravillado por la sencillez de instalación y utilización, así como la velocidad de ejecución. He descubierto, además, cuatro subversiones del famoso Ubuntu que son Xubuntu (para ordenadores viejos y lentos), Gobuntu, Edubuntu y Kubuntu. Además también he actualizado Firefox con algunos complementos y he cambiado mi cliente de correo de Microsoft Outlook a Thunderbird (de Mozilla).

El hecho de que todo lo que he instalado y probado (incluido OpenOffice) sea Open Source me ha dado que pensar que estamos cada vez más cerca de poder prescindir de aplicaciones comerciales y de Microsoft para el usuario final y olvidarse de una vez por todas del «Podría ser víctima de una falsificación de software».

El Conde de Montecristo

Después de más de 11.000 páginas (.lit) me he terminado El Conde de Montecristo, de Alejandro Dumas. Es toda una delicia de libro salpicado por multitud de momentos estelares y de aventuras junto a las cuales Dan Brown debería considerarse un aficionado. La novela arranca en Marsella para transportarnos posteriormente y durante 14 años a la prisión del Castillo de If (ver fotografía) que aun hoy en día existe y se puede visitar. La historia de Edmundo Dantés transcurrirá posteriormente en Roma y París. Todo un gran libro de imprescindible lectura.